sábado, 29 de abril de 2017

Lo absurdo de la Superliga suiza y la Premiership escocesa

La supremacía de Basilea y Celtic en los certámenes de sus países se refleja en una otra temporada más. En el nuevo milenio son los únicos representantes de su territorio, aunque curiosamente ninguno es el máximo ganador liguero en la historia.  

Basilea, nuevamente campeón en Suiza
Basilea se consagró por octava vez consecutiva en la Superliga. El equipo comandado por Urs Fischer se coronó a falta de seis fechas del cierre del torneo y estiró su hegemonía en la nación como lo ha hecho en los últimos años. Basel sumó 77 puntos en treinta fechas, producto de 24 partidos ganados, cinco empatados y apenas uno perdido.

El cuadro azulgrana obtuvo doce títulos en los últimos 17 años y definitivamente no tiene rival en la liga doméstica. Para el actual período, Young Boys fue su más cercano perseguidor situándose con 24 puntos por detrás. Sin embargo, Basel FC no es el equipo más ganador de la liga de su país y hace tres años, subió del tercer lugar del podio de campeones al segundo, destronando al Servette.

Grasshoppers de Zúrich es el conjunto con más galardones en Suiza con 27, mientras que Basilea acaba se cosechar su vigésimo campeonato y aún se mantiene alejado. Es cierto que Grasshoppers no se impone desde 2003, pero hasta el momento década tras década ha sumado al menos un lauro desde 1989. Basilea estuvo 22 años con el nudo en la garganta que lo privó de gritar campeón, hasta que en 2002 comenzó a escribir su leyenda dorada en Suiza.

En Escocia la división es más acentuada entre Celtic y Rangers, y la brecha entre ellos dos ante el resto es infinita. Alex Ferguson con su Aberdeen logró quebrar esa tiranía en los ’80, pero Hops y Gears se alternaron a gusto los títulos. Luego de la quiebra del Glasgow Rangers, Celtic no siente ninguna otra escuadra que le haga cosquillas a la hora de pelear un torneo. Es el vigente campeón desde 2012 y un nuevo logro se avecina (este 29 de abril goleó 5 a 1 a Rangers en el inicio de la fase de grupos por el campeonato).

Celtic, conducido por Brendan Rodgers, arrolló a sus contrincantes en la fase regular y no perdió ningún encuentro en sus 33 presentaciones, donde además, apenas igualó en cuatro. Completó  91 puntos  y marcó 87 goles, demostrando un bostezante predominio.  Aunque en una situación similar a Basel, la institución católica no es la más vencedora de la Liga. Rangers tiene 54 estrellas (Celtic 48), lidera el ranking histórico de puntos a pesar de haber descendido y el historial de partidos entre ambos equipos, aunque Celtic es el único club escocés en ganar una Liga de Campeones de Europa.


viernes, 28 de abril de 2017

De la Rey Fahd a la Copa Confederaciones (Parte 2)

Segunda entrega del informe sobre la mutación de la Copa Rey Fahd, que devino en la actual Copa Confederaciones, el certamen que reúne a los campeones que cada federación continental afiliada a la FIFA.

En el nuevo milenio la Copa FIFA Confederaciones tomó un nuevo rumbo en todo aspecto. En cuanto a lo organizacional, se determinó que el/los país/es anfitrión de la Copa Mundial, reciba un año antes a la Confederaciones, que en cada edición fue agarrando mayor ímpetu y masividad. También lo administrativo cumplió un rol determinante para el afianzamiento del evento y la respuesta al espectáculo fue en creciente aumento.

Los campeonatos:

2001

Francia, campeón en 2001
Corea del Sur y Japón se dividieron las sedes: los primeros recibieron en Suwon, Daegu y Ulsan al Grupo A, compuesto por Francia, Australia, México y la propia Corea, mientras que en territorio nipón se llevó a cabo en bombo B con Japón, Brasil, Camerún y la debutante Canadá. El conjunto galo, comandado por Roger Lemerre, se consagró campeón luego de eliminar a un Brasil muletto y venciendo al sorprendente Japón en la gran final.

Francia y los “Canguros” clasificaron a las semifinales, dejando atrás a los surcoreanos y al campeón defensor México, que tuvo una paupérrima actuación. Lemerre venía de lograr la consagración en la Euro 2000 y prosiguió su senda triunfadora en la Confederaciones, que terminó oficiando como antesala de aquella prematura eliminación en el Mundial. Robert Pires fue la gran figura del certamen en un equipo  en renovación generacional, que no contó con Zinedine Zidane.   
En el otro grupo, Brasil fue sorprendido por un Japón altivo y quedó en el segundo lugar. El equipo de Emerson Leao no llevó a sus grandes estrellas y el conjunto asiático dirigido por Phillipe Troussier lo aprovechó.  Hidetoshi Nakata fue el conductor del equipo hacia la final, tras despachar a Australia (culminó tercero venciendo 1-0 a Brasil) en semis. El duelo cumbre se jugó en el imponente Yokohama Stadium y Francia superó por la mínima diferencia a los locales con gol de Patrick Vieira.

2003

El recuerdo de Marc Vivien Foe
Francia organizó la Copa Confederaciones en 2003, una cita que marcó un antes y un después en la cronología del fútbol luego del deceso del camerunés Marc Vivien Foe en el desarrollo del certamen. El conjunto anfitrión se consagró campeón ganando todos los partidos que afrontó, en un hecho que anteriormente no se había registrado.
Camerún, Turquía y Colombia fueron las gratas sorpresas de la competición, arribando a semifinales y bajando de ese lugar de prestigio a Brasil (fue eliminado en fase de grupos) y Japón: Los turcos reconfirmaron su buena presentación en el Mundial de Corea-Japón y Senol Günes obtuvo un nuevo tercer puesto; en Colombia fue el último ciclo del emblemático Francisco Maturana al mando de la Selección y Camerún cerró un ciclo maravilloso de triunfos, con medalla dorada en Olímpicos a bordo.

El día 26 de junio de 2003 nadie lo olvidará. Había 13 mil personas en el Gerland de Lyon y millones de televidentes cuando el mediocampista camerunés Marc Vivien Foe se desplomó en el césped. Transcurría el minuto 72, los Leones vencían 1-0 a Colombia con gol de N’Diefi (‘9) y Foe sucumbió. Se intentó revitalizarlo en el campo, pero el africano falleció unos minutos después. El cotejo siguió, el campeonato también y aunque ya nada tenía mayor sentido, Camerún perdió en la final ante los locales por un gol de Thierry Henry en tiempo suplementario.

2005

El superclásico sudamericano en la final fue para Brasil

En Alemania se vivió, posiblemente, la Copa Confederaciones más atractiva. Los teutones, Argentina, Brasil y México fueron los protagonistas principales de una película para el recuerdo. También estuvo Grecia, peculiar campeón de la Euro en 2004, pero apenas sumó un punto. El resto del decorado fue brindado por Japón, Túnez y Australia.

Alemania y Argentina clasificaron con comodidad en el Grupo A, al igual que México en el B, pero a Brasil le costó. Aquel asombroso elenco de Parreira cayó ante los “Tri” y empató sufridamente ante Japón para avanzar. Ronaldinho, Robinho, Kaká, Adriano tuvieron la curva ascendente a partir de semifinales y batieron a los germánicos y a los vecinos de suelo en semifinales y final, respectivamente.

Brasil superó ajustadamente al maravilloso onceno de Jürgen Klinsmann, con un Ronaldinho mágico y Argentina, sacó a México en penales, para reeditar el clásico de las Américas en un evento decisivo de FIFA que jamás se había dado. José Pékerman comandó a la Albiceleste, repleta de cracks: Riquelme, Saviola, Aimar, Sorín, Samuel, Cambiasso y Tévez, entre otros, pero el Scratch no tuvo piedad y lo apabulló con un gigantesco 4 a 1 en una cálida noche de Frankfurt.


2009

En Sudáfrica, Brasil fue tricampeón
En la primera Copa Confederaciones realizada en África, la selección Verdeamarelha volvió a gritar campeón con puntaje perfecto. La recepción de Sudáfrica fue extraordinaria y más de 500 mil personas se concentraron en los dieciséis partidos jugados, donde la selección local disputó los cinco encuentros posibles (culminó en el cuarto puesto). La revelación fue Estados Unidos, que arribó a la final luego de eliminar en semis a la España de Del Bosque, ganadora de la Euro y que luego se quedaría con el Mundial al año siguiente.
La nota negativa la dio Italia: los Azurros cayeron en la fase grupal y se despidieron rápidamente del evento. Además, Irak representó a Asia por primera vez, al igual que Egipto, que lo hizo en nombre de África. 
La final en el Ellis Park de Johannesburgo tuvo todos los condimentos de un gran partido de fútbol. Brasil era dirigido por Dunga y Bob Bradley estaba al mando en Estados Unidos. Luis Fabiano marcó doblete en un vibrante 3 a 2 definitivo para los sudamericanos y ganaría la Bota de Oro. Kaká fue elegido mejor jugador, aunque Landon Donovan y Clint Dempsey merecían más que una mención especial.

2013

Neymar fue la estrella en 2013.
En la última versión de la Copa FIFA Confederaciones desarrollada en Brasil, la magnitud de la cita superó todo registro. La cantidad de espectadores rozó el millón de personas, se marcaron 68 goles y nuevamente Brasil deliró, consiguiendo su cuarto título.
Brasil ganó todo lo que jugó: venció a Italia, México y Japón en el grupo, eliminó a Uruguay en semifinales, goleó a España en la final y Neymar brilló. Para ese entonces, Luiz Felipe Scolari volvió a ser endiosado y su plantilla liderada por Thiago Silva, Marcelo, Dani Alves y Óscar demostró superioridad ante el resto. España también realizó una buena campaña, pero cayó 3 a 0 en el encuentro clave. El desgaste hecho en semifinales ante Italia, influyó (clasificó por penales: 7-6). Aunque los locales en dicha instancia también sudaron: fue un 2 a 1 ante la siempre dura Uruguay del Maestro Tabárez.

El torneo contó con la participación estelar de Tahití, humilde selección oceánica que en tres partidos recibió 24 goles: 1-6 ante Nigeria, 0-10 contra España y 0-8 frente a Uruguay. 

De la Rey Fahd a la Copa Confederaciones (Parte 1)

Ad portas de una nueva edición, un repaso clave por la cronología de la Copa FIFA Confederaciones, anteriormente conocida como la Copa Rey Fahd, para comprender las mutaciones del evento.

Desde 1992 comenzó a celebrarse en Arabia Saudita la Copa Rey Fahd, certamen planificado por el rey y primer ministro Fahd bin Abdulaziz al-Saúd para vigorizar el desarrollo de la disciplina en su nación. Aquel torneo tuvo la participación de cuatro selecciones y Argentina resultó campeona. El resultado fue magnífico para el reino de la península y ante tal aceptación, su equipo nacional lograría dos años después su primera clasificación a un Mundial de la FIFA.  

Por ello se disputaron otras dos Copas del Rey: en 1995 y 1997. En 1997 se completaron los cupos por cada confederación, se comenzó a denominar el torneo como en la actualidad es conocido y de esta manera se abrió paso a un nuevo campeonato oficial del ente regulador máximo del fútbol.  Ya para 1999 se dictaminó la mudanza en las sedes albergadoras y México fue el primer país que ofició como organizador fuera de Oriente, mientras que en el nuevo milenio la determinación fue que cada anfitrión de los Mundiales FIFA, recibiera un año antes la Copa FIFA Confederaciones. Aunque además vale mencionar un hecho: la realización de la Copa por parte de Francia en 2003.   

Los campeonatos:

1992
Argentina, primer campeón de la Rey Fahd:
Foto: FIFA

Con una mecánica simple de semifinales y una gran final, Argentina, Arabia Saudita, Costa Rica y Estados Unidos integraron la primera Copa Rey Fahd en Riad. El conjunto sudamericano, liderado por Alfio Basile, venía de ser campeón de la Copa América 1991 y con esa base ganadora también se consagró en Medio Oriente. Ruggeri, Redondo, Caniggia, Simeone, Batistuta y Leo Rodríguez, condujeron a la Albiceleste al título, donde golearon a Costa de Marfil y En el duelo cumbre, derrotaron 3 a 1 a Arabia Saudita, que tuvo en Saeed Al Owairan a su gran figura y a Nelsinho Rosa como estratega.

Estados Unidos era manejado por Bora Milutinovic y terminó en el tercer lugar luego de vencer 5 a 2 a Costa de Marfil.

1995

La gran generacion dorada de Dinamarca
Foto: FIFA - Getty Images
Para esta edición se sumaron los campeones de la Eurocopa UEFA y de CONCACAF y estuvo Japón en representación de la AFC, por lo que fue la primera vez que se desarrolló una fase de grupos. 
Liderados por Richard Möller Nielsen, Dinamarca, campeón de la Euro ’92, tenía en esos momentos el equipo de sus sueños: Peter Schmeichel, Jes Högh, Wieghorst y los hermanos Laudrup, entre otros. El equipo escandinavo dio la sorpresa y se coronó vencedor: ganó el grupo A tras imponerse ante México y Arabia y en la final superó 2 a 0 a una Argentina en etapa de renovación, ésta vez dirigida por Daniel Passarella.

México venció por penales a Nigeria en el tercer puesto. Miguel Mejía Barón era el DT y el “Doctor” Luis García fue su mejor jugador, quedando goleador del torneo. Los africanos regalaron la alegría al evento, Japón dio un aviso de lo que se avecinaba y los anfitriones, en cierta manera, no cumplieron las expectativas.

1997

Romario, goleador de la Copa FIFA Confederaciones '97
Ya con ocho naciones clasificadas, el diagrama fue de dos grupos de cuatro donde los dos mejores ingresaban a semifinales en disputa por llegar a la finalísima y así se manifestó la primera Copa FIFA Confederaciones. Además de Arabia Saudita, por CONMEBOL hubo dos países: Uruguay, ganador de la Copa América en 1995 y Brasil por obtener el trofeo el mismo año de la Confederaciones. La gran República Checa de Nedved, Poborsky, Smicer, Kuka, Bejbl y compañía participó por UEFA, México por CONCACAF, Sudáfrica representó a África, Emiratos Árabes a Asia y finalmente Australia, que serían los benjamines del evento llegando al partido por el título.
Brasil cabalgó el certamen a gusto y apenas cedió un empate en la fase grupal ante Australia, a quien se enfrentaría en la final y arrollaría por 6 a 0. Mario “Lobo” Zagallo era el timonel y en el Scratch había una mixtura entre jugadores campeones del mundo en 1994 y jóvenes talentos como Dida, Flavio Conceicao, Denilson y Rivaldo. Ronaldo y Romario (el Chapulín convirtió 7 goles en cuatro partidos) encendían el ataque, Leonardo era el conductor y dos laterales emblemáticos como Cafú y Roberto Carlos se adueñaban definitivamente de sus puestos para blindarlos por varios años. 
Australia era comandada por el mítico Terry Venables y allí se encontraban futbolistas que ya tenían un recorrido en la élite como Mark Viduka, Jhon Aloisi, Robbie Slater, Stan Lazaridis y Harry Kewell. Los Canguros dieron el golpe al eliminar en semifinales a Uruguay y lograron la medalla plateada.

Sudáfrica logró extirparle un punto a República Checa, pero luego cayó ante Emiratos Árabes Unidos y, Uruguay, conducido por Víctor Púa, ganó el Grupo A. En el B, el alemán Otto Pfister estuvo a cargo de Arabia Saudita, que solamente ganó un partido: a Australia por 1 a 0 cuando ya estaba eliminado (Javier Castrilli impartió justicia en ese duelo).

1999

La epopeya de México.
Foto: Futbol Sapiens 

En la primera salida de territorio asiático, la alegría fue totalmente mexicana. Los “Tri” organizaron la Copa Confederaciones en el Estadio Azteca y en Jalisco, y se coronaron campeones  tras derrotar a Brasil en un memorable encuentro. Para esta cita, hubo ocho países y la mitad fueron debutantes: Alemania, Egipto, Nueva Zelanda y Bolivia. Luego estuvieron México, Brasil, Arabia Saudita y Estados Unidos.
En el Grupo A, México barrió y los saudíes aprovecharon la cesión de puntos de Bolivia y Egipto para meterse en semifinales con apenas un triunfo. El checo Milan Macala, que había estado en 1997 con Emiratos Árabes Unidos, fue el encargado de manejar tácticamente el equipo. Héctor Veira dirigió a Bolivia, que ingresó al certamen luego de su subcampeonato en la Copa América y ésta Confederaciones sería la última participación en eventos FIFA para el país del altiplano.

Brasil controló el Grupo B y goleó a una lamentable Alemania por 4 a 0 en el partido inaugural de la Copa. En ese partido, Wanderley Luxemburgo le dio un repaso táctico a Erich Ribbeck (que sería destituido tras una floja presentación también en la Euro 2000). El conjunto de Brasil se nutría de jóvenes y contaba con Ronaldinho, Ze Roberto y Emerson, en sus primeros juegos con el combinado mayor. Estados Unidos, por su parte, cambió el chip con Bruce Arena a la cabeza y derrotó a los teutones para ingresar a semis, donde cayó con México, pero finalmente se quedaría con el tercer lugar en el podio.

La final fue emotiva con un Azteca repleto. México se impuso por 4 a 3 a Brasil en un vibrante cotejo y Miguel Zepeda sería el héroe menos pensado. El icónico jugador de Atlas se hizo grande en el DF convirtiendo un doblete que pasaría a la historia. Manuel Lapuente fue el gestor de la obra y Cuauhtemoc Blanco, Pavel Pardo, Francisco Palencia, Jorge Campos, Rafa Márquez y más personajes del elenco tocaban el cielo con las manos.

jueves, 27 de abril de 2017

Diego Alonso le devolvió la mística a Pachuca

Los Tuzos superaron a Tigres y coronaron campeones de la Concachampions por quinta vez en su historia. Es el primer equipo que aseguró su boleto al Mundial de Clubes y la institución hidalguense vuelve a la cúspide a nivel continental gracias a la conducción del entrenador uruguayo.  

Pachuca, vencedor de la Liga de Campeones 2017.
Foto: AS México
Alonso llegó a México luego de campañas irregulares en Peñarol y Olimpia de Paraguay y fue visto con algo de recelo por la parcialidad de Pachuca. Sin embargo, por su temperamento y su innovada perspectiva táctica y estratégica, logró adaptarse de lleno en el fútbol mexicano y explotó sus recursos al tope. Es que el charrúa le dio un vuelco a su pensamiento, inventó su biotipo de estratega sobre la marcha y sus pergaminos anteriores quedaron rezagados ante tal metamorfosis.

Luego de eliminar en una serie memorable a América, una caída dolorosa en las semifinales del Clausura 2015 (fue eliminado por Querétaro por haber quedado debajo en la tabla general), Pachuca sufrió un cachetazo en el Apertura siguiente y allí Diego Alonso debió reinventarse. El uruguayo dispuso una nueva mecánica en su esquema y sacó el máximo provecho de sus jugadores. La vigencia del “Conejo” Pérez, emulando a Miguel Calero, fue uno de los cimientos primordiales para la fabricación de la gloria. La jerarquía de Omar González y la seriedad de Óscar Murillo oficiaron de soporte para un trabajo fantástico en el círculo central de Erick Gutiérrez y Jorge Hernández y arriba, Franco Jara e Hirving Lozano fueron contundentes. Ante estas premisas, el equipo recogió el fruto de una nueva impronta: el campeonato en el Clausura 2016 imponiéndose ante un Monterrey que resultaba imbatible.

En esta temporada la Liga de Campeones se fijó como el horizonte más deseado y el equipo recobró esa mística copera cultivada con Severo Meza. Pachuca logró el título de forma invicta, marcó 29 tantos en diez partidos y tuvo a los dos máximos artilleros del evento para conseguir el quinto título CONCACAF en sus vitrinas. La final fue emocionalmente pareja, futbolísticamente cerrada y físicamente dividida teniendo un último lapso para el infarto, ante un dignísimo rival como Tigres y un respetado entrenador como Ferretti. 

Aunque además de los títulos, que llegaron por la confianza en el proceso, la real explosión de talentos como Erick, “Chucky” y Víctor Guzmán y la recuperación en el nivel de Jara, Stefan Medina y Jonathan Urretaviscaya forman parte de la huella impregnada por Alonso, donde se evidencia el regreso de esa espiritualidad ganadora que llevó a Pachuca a ser uno de los equipos más importantes de América en el nuevo milenio. Por ello y muchas más conductas desde lo administrativo, lo económico y lo deportivo, los Tuzos recuperaron la fortaleza y en Emiratos Árabes, podrían dar una grata sorpresa.




Yerry Mina es el defensor con mayor proyección en América

Ningún defensor en el continente es tan determinante en ambas áreas como el colombiano Yerry Mina, en ello es comparable con Sergio Ramos de Real Madrid. El caucano pisa fuerte en el continente y se ha convertido en una especie de comodín para Palmeiras. 

Yerry Mina
De Guachené, un pequeño pueblo del departamento del Cauca, un espigado moreno decidió jugar al fútbol al igual que su padre y su tío. Ellos habían sido arqueros, pero el joven Yerry se adelantó unos metros y no imaginó que se convertiría en uno de los marcadores centrales con más proyección en el mundo. Apenas una temporada en el humilde Deportivo Pasto lo depositó en Independiente Santa Fe, equipo de la capital colombiana en el cual integraría la generación dorada de la institución.

Destacado por su alegría y su pasión por el baile, Mina se desliza en el área al compás de un nuevo ritmo inventado por él. Su impronta es única y ser defensor es un movimiento ya incorporado en su cuerpo. Más allá de su 1.95 metro, posee una velocidad inédita en comparación con su altura: sus piernas de gacela no se desestabilizan, no es el típico rascacielos tosco, lerdo y perezoso, por lo que se ha consolidado como un tiempista maravilloso. Obviamente su estatura y contextura lo conceptúan naturalmente como un gran cabeceador (factor que potenció en Santa Fe) aunque Yerry además de sus características físicas y naturales, logró incorporarle sapiencia a su estilo de juego y precisión a la hora de salir desde el fondo con balón dominado. Es emperador de su sector, asimiló la necesidad de tener voz de mando y a ello le sumó gol para lograr un combo perfecto.

Mina es un veterano de 22 años con más de 170 partidos en Primera División, un hombre inamovible en la Selección Colombia y un prospecto diferente, que lo catapulta definitivamente a un destino maravilloso. En Palmeiras encajó a la perfección y el salto al Viejo Continente se avecina. La especulación dicta que Barcelona sería su destino, pero varios gigantes de Europa se disputan este diamante en bruto, que es una de las gratas revelaciones de esta década en el fútbol mundial.

miércoles, 26 de abril de 2017

Always Ready, el único equipo boliviano en realizar una gira por Europa

Una de las historias más pintorescas del fútbol sudamericano es la de Always Ready de La Paz. Un equipo fundador del profesionalismo en Bolivia, que ostenta un registro único en el país: haber tenido una gira europea. 


Always Ready 1961.
Foto: Historia del fútbol boliviano


El fútbol boliviano en la actualidad quizá sea el más humilde de los países aglutinados por la Confederación Sudamericana. Su decreciente rendimiento se ve reflejado en las últimas cuatro Eliminatorias donde, a duras penas, rescató algún penúltimo puesto. Los dificultosos tiempos modernos han dejado a Marco Antonio “Diablo” Etcheverry como el último gran emblema futbolístico en el altiplano. Ya no debe quedar ninguno de los héroes que pueden contar aquel debut mundialista en Uruguay ‘30 y algunos pocos que den testimonios de Brasil '50, pero todavía hay gratos recuerdos latentes: la mítica clasificación al Mundial de Estados Unidos 1994 bajo el mando del vasco Javier Azkargorta y el subcampeonato de la Copa América del 97, que se realizó en su territorio.


Breve reseña de cómo y en qué contexto surge el profesionalismo del fútbol en Bolivia:

Es trascendental comprender la época donde se reflejan el amanecer del profesionalismo en el fútbol boliviano. En 1952 se desató la revolución en Bolivia donde el Movimiento Nacionalista Revolucionario liderado por Victor Paz Estenssoro marcó el ingreso de nuevas políticas de centro izquierda, acorde a las que se iban dando en la región. Las cuatro medidas fundamentales para entender a la Revolución fueron las siguientes: Reforma Agraria, Nacionalización de las Minas, Voto Universal y Código de Educación. Estas transformaciones fueron fundamentales como una nueva forma de introducir la participación ciudadana, la economía, la redistribución de tierras y el control del Estado sobre los recursos naturales, rompiendo así con el viejo orden terrateniente que amarró la pobreza durante un siglo en el territorio. 

Trasladando la trama al plano futbolístico el paso a la profesionalización tuvo tres períodos:

  • El primero es después del Mundial de Brasil en 1950 con la AFLP (Asociación de Fútbol de La Paz) departamento donde en un principio se centralizaba la práctica del deporte. Acto seguido, se fueron sumando departamentos restantes: Cochabamba Oruro en 1954, Santa Cruz 1955, mientras que los distritos que no se afiliaban promovían certámenes amateurs locales y regionales. 
  • El segundo fue entre 1960 y 1976 donde se sumaron Chuquisaca y Potosí y se denominó al formato Liga Mayor (luego Copa Simón Bolívar)
  • Finalmente con el agregado del departamento de Tarija se concluyó en lo que es hoy la Liga de Fútbol Profesional Boliviano (LFPB).

Always Ready fue uno de los clubes fundadores del profesionalismo en Bolivia, llegó a estar en la cuarta y actualmente disputa la segunda división. El club de La Paz se creó en 1933, en plena Guerra del Chaco como un club cultural. El 13 de abril cumplió 84 años y su historia es tan menguante como atractiva.

Nacido en la zona de Miraflores, se entintó con los mismos colores y diseño que River Plate de Argentina, a lo que su apodo fue “La banda roja”. Entró a la Primera División, primero por ser paceño, pero también por ser forjador de grandes juveniles de aquellos tiempos, lo que lo llevó a coronarse campeón del Primer Campeonato Nacional en 1951, siguiéndolo con dos subcampeonatos en el 52 y 53 (donde sólo participaban equipos de La Paz). Always Ready aportaba varios jugadores a la Selección: Griseldo Cobo, reconocido arquero de la Verde, el argentino naturalizado Mario Dimeglio y el máximo goleador del profesionalismo de La Paz, Juan Pinnola. En 1957 (ya sumados los departamentos de Oruro, Cochabamba y Santa Cruz) consiguió su segundo certamen y se mantuvo en la máxima categoría hasta 1981, donde también consiguió dos segundos puestos en los Nacionales del 59 y el 67. Este último le permitió disputar la Libertadores, donde se consagró como el primer equipo boliviano en rescatar un punto jugando como visitante en la competición (1 a 1 ante Sporting Cristal en Lima).

Pero la ruina no avisa. Bajó de división y le costó cinco años volver. Padeció para sostenerse en Primera entre el 1986 y 1991, año en que fue decayendo por controvertidas razones económicas e institucionales hasta el subsuelo que supo habitar: la Cuarta División. Con pocos hinchas que hayan vivido las glorias del Always, en aquella oscura actualidad, el club firmó un convenio con la escuelita de fútbol de Iván Sabino Castillo, que gerencia la parte deportiva y administrativa.

A pesar de ello, Always Ready tiene algo muy importante para sacar a relucir, un acontecimiento de enorme magnitud que ningún otro equipo en la historia del fútbol boliviano ha realizado: una gira por Europa.

Fue en 1961. El equipo se reforzó con algunos jugadores del, por ese entonces tetracampeón, Jorge Wilstermann y paseó tres meses por el Viejo Continente. Alemania, Francia, España, Dinamarca, Grecia, Bulgaria, Escocia, Inglaterra, Rumania y Bélgica fueron los diez destinos que cobijaron al elenco paceño en la travesía. Deportivamente, los resultados no acompañaron: ganó apenas cuatro partidos, empató otros cinco y perdió dieciocho, además de obtener goleadas burlescas de parte del Sevilla y CSKA Sofía por ejemplo, pero ¿quién les quita lo bailado?


Los resultados de la gira:




(Entrevista) Luis Fernando Suárez, un especialista que se reinventa

En época de reinvenciones, el estratega colombiano Luis Fernando Suárez afronta una placida etapa en la que busca nuevos conceptos, teorías y fórmulas para adecuar a un venidero trabajo. El antioqueño se mantiene activo realizando cursos internacionales y se apoya en la literatura psicológica aunque afirma que quiere "vivir el stress de los partidos"

Suárez, hombre de Mundiales, expresó sus ópticas sobre sus participaciones en Alemania y Brasil, mostrándose satisfecho con lo hecho en Ecuador y realizando una autocrítica por no haber innovado en el lapso de doce años cuando comandó Honduras en 2014. Además, bosquejó una comparativa ideal en el cargo de director técnico y de seleccionador, a quien caracterizó con marcados rasgos de diferencia. 

Las claves a la hora de adaptarse a una nueva idiosincrasia, las dificultades que se viven en una selección, el recorrido de su amplia trayectoria en el continente y las nuevas valoraciones a la hora de aceptar un cargo, forman parte de un grato reportaje a un hombre franco y directo en el momento de explicar sus pensamientos.  

Luis Fernando Suárez

A continuación, sus frases más destacadas:

Su actualidad

“Estoy tranquilo, siempre en el fútbol. Mi experiencia con Dorados terminó en febrero de 2016 y desde abril estoy haciendo el curso de entrenador por internet con la Asociación de entrenadores de Argentina. Sigo viendo mucho fútbol y también me involucré en la psicología del deporte, aunque añoro mucho la cancha y estar metido en el stress de los partidos”

La diferencia de entrenar clubes y selecciones

“La mirada es totalmente diferente. Quien dirige cada siete o tres días tiene una mirada distinta a la del seleccionador. En los equipos se pueden establecer objetivos a corto y mediano plazo, se puede trabajar la evolución del jugador en el día a día y en todo aspecto, lo que no sucede en la Selección.
En las selecciones hay mirar más las estrategias y la tácticas, conocer la calidad de jugadores para determinados partidos y aprovechar los dos o tres entrenamientos que se tienen con ellos. Hay que tener una visión de los países en donde están jugando y entrenando. Hay una diferencia diametral, muy grande y los trabajos son diferentes”

Las dificultades del seleccionador

“Son pocos los momentos  en que uno está reunido con el grupo y el año entero se vive con mucha presión, porque todas las miradas de un país están encima de uno. El fútbol es lo más importante, mueve masas en nuestra región y por ello hay una carga de stress muy grande. Hay que ser inteligente al manejar los tiempos: si hay cuatro o cinco reuniones en el año tienen que ser de alta calidad. En las concentraciones hay que charlar con los jugadores, estar en total comunicación para saber cómo están. Cuando se dan las convocatorias hay que saber escoger, porque para cada partido hay diferentes jugadores y hay que saber cuáles son”

Los procesos de Eliminatorias y la disputa del Mundial

“Las exigencias que se tienen para clasificar, uno las relaja cuando clasifica al Mundial. De acuerdo a las experiencias que tuve, siempre hay que mantener latente las ganas porque el deber cumplido no es solamente clasificar. La clave de un buen entrenador tiene que ser poder subir las exigencias y cumplir con metas que nadie espera en un Mundial”

Las diferencias entre Ecuador y Honduras en los Mundiales

“La experiencia con Ecuador fue buena. El equipo llegó a una instancia mayor de lo que la gente esperaba porque el grupo así lo creyó y trabajó por ello. En Honduras no fue así y creo que tuve equivocaciones en el manejo del grupo, porque pudo haber mayor exigencia. Debí haber hecho crecer más al equipo y hacer una presentación mejor de lo que habían hecho antes. Los objetivos tienen que ser grandes, hay que aprovechar el mes y medio anterior al Mundial más que nada en la parte mental. Justamente por eso me involucré en ese tema”

El aspecto psicológico de los jugadores

“Al jugador de fútbol la fama lo pueda marear y lo puede poner en un sitio diferente. Si no se puede hacer nada a nivel país y cambiar la manera de pensar las cosas en la gente, es difícil. En los clubes se deben hacer cambios placidos en ellos, donde evalúen y miren cosas diferentes a las cotidianas para que vayan cambiando su perspectiva. Son trabajos muy individuales y básicamente si se quiere sacar un gran jugador, es fundamental hacer un profundo trabajo mental”

Las diferentes idiosincrasias que asimiló y adoptó en su carrera

“Uno aprende de todas las culturas. Algunas sirven  y otras se descartan. Para mí, lo más importante es que la adaptación a la forma de pensar, actuar y ver, tiene que ser de mi parte como entrenador. Yo no puedo salir a jugar con mi pensamiento colombiano y hablar con jugadores imponiéndoles mis cosas. Sí intentaré convencerlos de las cosas buenas que tiene mi país pero  debo adaptarme a la vida de las personas que estoy dirigiendo”

“El pensamiento del ecuatoriano es diferente al del colombiano y hay que saber leer eso para poder entrar en el jugador. Lo de Honduras es similar a México por sus orígenes parecidos. El grado de adaptación es de uno, esa es la clave. Saber ubicarse en determinado momento e imponer una idea que no vaya en contra de su cultura, ya es un paso importante ganado. Ahora si se va en contra, el pueblo también lo hará”

El Mundial que más disfrutó

Claramente el de Alemania (2006). El de Brasil (2014) lo sufrí. Tenía muchas esperanzas y lo que se dio desde el inicio me hace pensar que el camino no fue el mejor. En Honduras creí ver cosas muy parecidas a lo que había vivido en Alemania con Ecuador y me quedé tranquilo creyendo que iba a tener un buen resultado. Cuando no se dio, me di cuenta que el equivocado era yo. Esas señales de que estaba haciendo lo mismo 12 años después, fue una lección que me quedó”

¿Por qué no dirige hoy?
“Quiero tener la licencia de la AFA porque en Colombia no existe y deseo tener el curso de entrenador. A veces eso cierra posibilidades de trabajar en otros lugares. Los tiempos van pasando y lo que viví en México y Perú me hacen valorar cosas a la hora de elegir un cargo. Increíblemente en Colombia la gente no conoce mucho mi trabajo, porque trabajé veinte años en el extranjero, pero sin dudas quiero seguir metido en el fútbol porque realmente me gusta mucho”


Entrevista realizada por el equipo periodístico de ColombiaSports (Juan Manuel Tello, Andrés Castro y Gonzalo De Feliche)
Escuche el audio completo en:
Entrevista a Luis Fernando Suárez 

martes, 25 de abril de 2017

Essien y Odemwingie contribuyen a la apertura del mercado indonesio

Michael Essien, Peter Odemwingie, Mohamed Sissoko, Carlton Cole y Juan Pablo Pino, engalanan la nueva temporada de la Liga 1 de Indonesia. Copiando métodos de India, Malasia y Tailandia, esta nación insular del sudeste asiático pretende que el fútbol sea la competencia del bádminton como el deporte más popular.

Michael Essien

El profesionalismo en Indonesia nació en 1994 gracias a la fusión de la Liga Galatama y la división amateur Perserikatan, pero año tras año una profunda inestabilidad en la mecánica del torneo no dejó cimentar el desarrollo de la disciplina. En 2015 el campeonato se frenó por orden mayor del gobierno y el año pasado se reanudó la Liga 1, donde Persipura Jayapura se coronó como campeón. En este nuevo período, Indonesia busca dar el salto de calidad y se fijó en estrellas en cierto detrimento para enaltecer el fútbol en todas las esferas.

Uno de los jugadores más atractivos de la Liga 1 para 2017 es el nigeriano Peter Odemwingie. A sus 35 años, el ex Lille, Lokomotiv y West Bromwich abandonó las filas del Roterham y tras siete años en Inglaterra se animó a la travesía. Odemwingie jugará con el Madura United, pero sin ningún lugar a dudas el fichaje más rimbombante del mercado ha sido el de Michael Essien. El ghanés, que fuera ícono del Chelsea y ganador de una Champions League, regresó a la actividad profesional y se sumó al Persib de Bandung. Essien llegó al equipo junto a Carlton Cole, el potente ariete inglés con quien compartió vivencias en los Blues.

Otro de los destacados es Mohamed “Momo” Sissoko, aquel interno con gran despliegue que deslumbró en Valencia y Liverpool. Aunque apenas tenga 32 años, desde 2015 viene en declive: estuvo en Shanghai Shenhua, Pune City de India, apenas jugó un partido en West Brom y tras afrontar la Serie B de Italia con Ternana, desembarcó en el Mitra Kukar. Éste equipo además contará con Gotor, un defensa zaragozano que desarrolló gran parte de su carrera en la Segunda B. 
En cuanto a los sudamericanos, Arema FC dio el golpe al adquirir Juan Pablo Pino, un talento colombiano que nunca logró explotar en Europa a pesar de haber estado en Mónaco, Galatasaray y Olympiakos, entre otros. En Borneo FC, el serbio Dragan Djukanovic tendrá un nuevo destino exótico en su trayectoria tras haber dirigido en Bangladesh y entrenará al veterano neozelandés Shane Smeltz, un delantero mundialista y multicampeón en Australia. 

PSM Makassar se perfila como candidato y contará con el estratega holandés Robert Alberts, que luego de un largo proceso en el fútbol malayo llegó en marzo a este equipo junto a sus compatriotas Wiljam Pluim (proviene desde Vietnam) y Mark Klok (defensor del Dundee escocés) y el francés Steven Paulle, ex jugador del Dijon. Además, el atacante brasilero Reinaldo da Costa, que ya es un verdadero trotamundos, también se incorporó al club.

Persipura Jayapura, el equipo más ganador desde la creación de la Primera División Profesional (1994) y último campeón, tendrá esta temporada dos futbolistas de Brasil: Ricardinho, un volante que procede del fútbol nicaragüense y el delantero Addison, ex habitante de la Segunda B en España y que afrontará su segundo reto en Indonesia (jugó en Persela en 2014). Justamente el Persela anunció con bombos y platillos la llegada del portugués José Coelho, que hace su primer desembarco en el fútbol asiático. Coehlo tiene 27 años y vistió las camisetas de Pacos Ferreira y el Sheriff Tiraspol de Moldavia, donde fue campeón.

Persija de Jakarta sumó a Teco, un joven entrenador brasilero de amplio recorrido en Tailandia y al volante Bruno Lopes, que tras jugar el estadual paulista con Ferroviaria se encuentra a la orden de su coterráneo. Además, el internacional nepalí Rohit Chand se mantiene en la institución. Otro equipo con timonel brasilero es el PS Barito Putera: Jacksen Tiago, un hombre histórico en Indonesia, que fue campeón como jugador y entrenador y condujo la Selección en 2013. En su plantilla se encuentra el argentino Matías Córdoba, un fichaje estelar surgido del “Semillero del Mundo” de Argentinos Juniors y de último viaje en la Superliga de Malasia. También arribó desde el Mumbai City, el atacante Thiago Cunha.

Además, el delantero paraguayo Silvio Escobar actuará en el Perseru Serui, el entrenador escocés Simon McMenemy regresará al país luego de estancias en Islas Maldivas y Filipinas y el austríaco Hans-Peter Schaller, ex DT de la Selección de Laos, comandará a Bali United


lunes, 24 de abril de 2017

Olympiacos y un heptacampeonato que pide reorganización

Los Rojiblancos sumaron su 44º título, séptimo consecutivo, pero en el afán de no cansarse del éxito deberá reacomodar directrices y no volver a sufrir deslices como el caso Paulo Bento en el febrero-marzo negro de esta temporada.  

Olympiakos, heptacampeón en Grecia

A pesar de cabalgar el certamen durante toda la 2016/17, Olympiacos sufrió vaivenes desestabilizadores en este período, como no se habían manifestado desde la abrupta destitución de Michel. La salida de Paulo Bento, en conflicto con sus jugadores, y una serie de derrotas consecutivas amenazaron la obtención de la séptima corona consecutiva. Sin embargo, el bombero Takis Lemonis reorganizó los objetivos a tiempo y a falta de una jornada levantaron el título.

Bento llegó a Grecia tras un olvidable paso por Cruzeiro y al asumir no entró de lleno en el corazón de un equipo emborrachado de éxito. La eliminación de Champions ante el modesto Hapoel Beer Sheeva sería un presagio de la prematura fractura. Los jugadores históricos, encabezados por Alejandro “Chori” Domínguez, evidenciaron las diferencias y el portugués dejó su cargo y una herencia de tres derrotas en fila. En fines de febrero y todo marzo, Olympiacos perdió cuatro partidos en cinco fechas e incentivó la ilusión del PAOK. Sin embargo, con la llegada de Lemonis, un estratega griego que ya había sido campeón con el club, la nave volvió a enderezarse y el nivel de varios jugadores levantó (Marko Marin y Fortounis, por ejemplo). El domingo, Olympiacos goleó 5 a 0 a Pas Giannina y gritó nuevamente campeón. 

Luego de entablar su hegemonía desde 1997, Olympiacos no tiene rival en la liga helénica, pero falla en Europa. La medición para el cuadro de Pireo es su participación en Liga de Campeones y en su defecto en la Europa League. Claramente no tener una competencia directa en el campeonato doméstico, deteriora el nivel cuando afronta la élite, y en 20 años, donde ganó 18 títulos, jamás alcanzó ni siquiera unos cuartos de final en ningún evento continental.   

La impronta española de Valverde, Segura y Michel le otorgó una inyección renovadora a la institución y Olympiacos estiró la brecha con el resto de equipos del fútbol griego. El último entrenador que no salió campeón con los Rojiblancos fue Zico en la período 2009/10, que terminó ganando Panathinaikos. Por ello, este heptacampeonato llama a una reorganización directiva, la confirmación de un entrenador de prestigio y un cambio nominal para ser revitalizarse en Europa y no caer en mesetas en la temporada venidera. 

sábado, 22 de abril de 2017

Kaiserslautern, la otra epopeya de Rehaggel

Nadie podrá sacar del pedestal a Otto Rehaggel, ya que se enmarcó como una partitura indispensable en la comprensión del fútbol moderno a nivel global. La Euro 2004, su obra cumbre con Grecia, es su máximo cielo, aunque en 1998 gestó su otra maravilla: conducir el campeonato de Kaiserslautern, en la misma temporada en la que había ascendido.

Kaiserslautern campeón 1997/98

Rehaggel tiene más de 40 años como entrenador en el fútbol alemán y europeo. Es uno de los símbolos en la cronología del Werder Bremen, donde cimentó las bases estructurales de la administración del equipo del noroeste germánico, siendo estratega del club durante una década y media. Oriundo de Essen, como jugador se consagró en el Kaiserslautern, donde destacaría como un férreo defensor.

Luego de su largo y exitoso paso por Bremen (ganó Bundelisga, copas y supercopas domésticas y una Recopa de Europa, aquel certamen que disputaban ganadores de la Copa local), Bayern Múnich adquirió sus servicios en una de las transferencias más pomposas en la historia de la liga de Alemania. En el conjunto bávaro apenas estuvo una temporada, donde se buscó que en un año obtenga los mismo resultados que en quince. Tras su alejamiento, Kaiserslautern, lo requeriría.

Los Diablos Rojos, fundadores de la Bundesliga, para 1996 habían descendido y un año después retornaron a la élite con una nómina de grandes figuras. Tras haber tenido su lapso más ganador a comienzos de los noventa, Kaiserslautern tuvo un brusco efecto “elevador”. Justamente el padre de la criatura era Rehaggel, que tras tropezar en Múnich, debió buscar una rápida revancha. Y como la revancha es el plato que se cocina más lento y se sirve con más frialdad, Otto Rehaggel cumplió su cometido.

Posiblemente la gran ventaja del cuadro Rojo para ser nuevamente protagonista en Bundesliga fue haber mantenido su base triunfadora aún en la segunda división: la experiencia de Andreas Brehme, la cuota goleadora de Olaf Marschall, la presencia checa de Kadlec y Kuka y el surgimiento emblemático de Harry Koch, alimentaron la jerarquía de Rehaggel y el estelar retorno de Ciriaco Sforza, que sería nuevamente determinante para dar una nueva vuelta olímpica.

En aquella Bundesliga, la 35º de la historia, el “Lautern” deslumbró. En 34 partidos ganó 19 y apenas perdió cuatro, dejando al poderoso Bayern de Trappatoni como su escolta. Con su famosa línea de cinco defensores, dos volantes de contención, un relojito suizo y dos delanteros, Rehaggel aplicó otra vez su fórmula y entró en los libros para la posteridad. Además de la columna vertebral ya expuesta, los míticos carrileros Axel Roos y Martin Wagner, el brasilero Ratinho y las alternaciones de un adolescente Michael Ballack, Hristov y Rische hicieron de complemento ideal para conformar un equipo netamente peculiar, marcando un giro inesperado en la Bundesliga que no se volvió a dar hasta el título de Wolsfburgo.




miércoles, 19 de abril de 2017

(Audio-Columna) Los matices de los semifinalistas de la Champions

Se definieron los cuatro semifinalistas de la Liga de Campeones de Europa. Real Madrid, Atlético, Mónaco y Juventus se instalaron en esta instancia cumbre y cada equipo en su clasificación arrojó diferentes matices a analizar.



Escuche la columna:

martes, 18 de abril de 2017

La maravilla Senegal

En un Mundial silenciosamente nocturno para Occidente, la alegría y la bulla la puso Senegal. La selección africana que borró de la cita Corea-Japón 2002 a Francia y a Uruguay quedará latente en la memoria futbolera como un equipo festivo, chispeante y  entusiasta que le devolvió al globo, al menos por un rato, la esencia real y auténtica del amor por el juego.


Los senegaleses eran desfachatados y desconocidos, como aquellos que no tienen tarjeta de invitación pero se cuelan en una fiesta y terminan siendo el alma de ella. Y en el riguroso y calculado suelo asiático, muchos bailaron bajo su estruendoso compás. Aquel equipo dirigido por Bruno Metsu, recordado estratega francés fallecido en 2013, tenía los mismos condimentos del grupo nigeriano que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta y definitivamente revivió ese frenesí tan característico de su tierra, color y etnia. Desde un principio, Senegal matizó un Mundial que parecía homogéneo en lo previo y que resultó más que llamativo.

De los 23 jugadores que convocó Metsu, apenas dos no jugaban en la Liga de Francia y eran los arqueros suplentes. El resto eran componentes de un mismo certamen, cuestión que sin duda influyó a la hora de regalar el primer batacazo de Corea-Japón, ni más ni menos que en el partido inaugural. En Seúl, los “Leones” derrotaron al campeón Francia por 1 a 0 y desde allí enseñó la fisura de la ilusión gala. Con una férrea línea de cinco defensores, cuatro mediocampistas y el excéntrico El Hadji Diouf en soledad, demacró a un equipo que proseguía con la base gloriosa de cuatro años antes. Papa Bouba Diop fue el autor del único tanto del partido y por ese entonces jugaba en Lens junto al mismo Diouf, Pape Sarr y Ferdinand Coly, el lateral izquierdo del equipo. Luego Diop se consagraría en la Premier League.

En la nómina sobresalía un 10 llamado Khalilou Fadiga. Un enganche dinámico, veloz y pensante que conducía a un equipo soportado por un gran volante central: Salif Diao, que sería comprado por Liverpool en pleno Mundial. Fadiga actuaba para Auxerre, anteriormente había hecho carrera en Bélgica y también tuvo un hecho peculiar durante el torneo ya que fue arrestado por un supuesto robo en una joyería. El guardameta era el popular Tony Sylva, destacado golero de Mónaco, y en el sector defensivo lideraban Aliou Cissé, actual entrenador de la Selección, y Malick Diop, quienes se alternaban la capitanía. Con el correr del evento, el delantero Henri Camara, que también haría trayectoria en Inglaterra, se sumó al Diouf en el ataque y terminaría siendo protagonista.

Luego de vencer a Francia, Senegal empató con la última gran Dinamarca, que finalmente ganaría el Grupo A. El cuadro danés era conducido por el mítico Morten Olsen y contaba con estrellas como Jon Dahl Tomasson, Gravesen, Thomas Helveg, Jorgensen, Ebbe Sand, entre otros. Finalmente, en la gran retina del espectador quedó esa igualdad en tres goles ante Uruguay, donde los africanos ganaban 3-0 (con goles de Fadiga y Diop -2-) y los charrúas a puro honor y garra, lograron emparejar las acciones y hasta pudieron ganarlo de no ser por aquel dramático yerro del “Chengue” Morales.
En octavos de final, el benjamín de la Copa daría un nuevo golpe: eliminó a Suecia, nación que cargaba el mote de candidato por tachar a Argentina en la fase grupal. En ese duelo el milagro fue concedido en tiempo extra, porque tras empatar 1-1 en los noventa, Henri Camara (marcó doblete ese día en Oita) provocó el delirio de todo el país y de todo el mundo, ya simpatizante con Senegal. La utopía la cortó Turquía en la siguiente fase con un doloroso gol en el minuto 94.

Tras Corea-Japón, la vida de los jugadores más representativos se disparó y muchos recalaron en la Premier League y el Calcio. Senegal expandió su mercado aunque también es cierto que otros miembros del equipo se perdieron en la gigantesca nebulosa que se disipa luego del fulgor post mundial. Bruno Metsu, padre de la criatura, murió a causa de cáncer de colon en 2013 con la razón de saber que su obra maestra perdurará.

Cada gol fue un baile porque las piruetas al son del regocijo cuasi desinteresado se disfrutan mejor. Cada sonrisa nos hizo sonreír porque el contagio que radió Senegal pocos lo lograron en tiempos siguientes. Cada movimiento nos entusiasmó y confirmó que el fútbol en África, recién se concebía. 


  

lunes, 17 de abril de 2017

Por una Z: la historia del Real Madriz de Nicaragua

Reales y merengues,  separados por un océano y una letra. Real Madriz es uno de los equipos más humildes, pero emergentes en la liga de Nicaragua. Con apenas dos décadas de vida, se diferencia completamente de su casi homónimo de España y toma vigor en el fútbol “nica”.



En Somoto se respira fútbol.  En esta ciudad es cabecera de Madriz, departamento fronterizo con Honduras, que confirió el apego por el deporte más que lo hecho por Costa Rica en el sur del país. Allí se practica la disciplina desde 1938 y su apogeo dio frutos sobre el fin del Siglo XX, donde tuvo su etapa de total consolidación. Con difusa fecha que se enmarca en el año 1996, se fundó el Real Madriz Fútbol Club, o los “merengues somoteños”.

Nicaragüa, una nación golpeada por la violencia y la pobreza, que erróneamente se equivoca ilusionándose con el sueño americano, vive y siente el fútbol como en todo rincón de Latinoamérica. Más medio millón de nicaragüenses han emigrado a Estados Unidos en búsqueda de nuevas oportunidades, arriesgando su vida en el afán de ingresar, y el fútbol, en su pequeño papel social, es, como en la gran extensión bajo el Río Bravo, un escape.

Real Madriz es una modesta institución cuasi vecinal para las grandes escalas del fútbol, que posee un recinto con aforo para dos mil espectadores. El Estadio Solidaridad Augusto César Mendoza Aráuz fue inaugurado en 2006 y posee ese nombre por un joven jugador de fútbol de la ciudad que falleció en un duelo de la Liga Intermunicipal de Somoto (antes de la entrega del establecimiento, el club oficiaba como local en la cancha de béisbol de la ciudad). Económicamente el equipo no  es sostenible, no genera recursos y sus jugadores y entrenadores tienen otros empleos para subsistir. Naturalmente, Real Madriz es puro amor al arte.

Sin embargo, la historia del Real también tuvo otros matices: tras disputar una final por el ascenso a Primera, fue relegado a la Tercera División por hechos violentos que se dieron luego de perder tal partido clave. Esa circunstancia le dio un impulso al club, a la ciudad y al departamento porque hilvanó dos campeonatos consecutivos y en 1999, llegó a la Primera División. Aunque a pesar de ganar el título, debió superar otro obstáculo para alcanzar la máxima categoría: para esa temporada (y por única vez en la historia), la FENIFUT determinó que el campeón de la Segunda debía afrontar una promoción. La disputó ante el Bautista y finalmente terminaría ganando para desatar la alegría en todo Madriz.

Una vez que llegó a Primera División, que cuenta con diez equipos, nunca bajó. El conjunto se consolidó y a pesar de no realizar gloriosas y emotivas campañas, continúa su proceso. Los Merengues disputan el clásico regional ante Real Estelí, equipo que ha destronado a Diriangén en el nuevo milenio, ganando nueve títulos en los últimos doce años y representando al país en la Liga de Campeones de la Concacaf. 


martes, 11 de abril de 2017

El efecto Dudamel

Venezuela tiene un promisorio futuro y Rafael Dudamel es representante y encargado de edificar el sueño Mundial. Bajo sentados lineamientos sensatos, concienzudos y laboriosos, su proyecto destaca en Sudamérica y si el tiempo no es tirano, entonces será amigo de la acción.

Rafael Dudamel
Foto: Getty Images

Los cimientos sostendrán los rascacielos. De abajo hacia arriba, de atrás hacia adelante. Trabajando, como lo hacen las hormigas. Costará más, pero la satisfacción final será impagable y a esta premisa apuesta de Venezuela. Históricamente la Vinotinto fue la selección humillada en la CONMEBOL siendo la única nación del continente que todavía no ha clasificado a un Mundial FIFA de mayores. Tras la conquista en 2009, donde se logró clasificar por primera vez a un Campeonato Sub 20, parecía que el estancamiento azotaba nuevamente al fútbol venezolano. Además, entre la marea de la crisis política, económica y social que atraviesa el país, el deporte parecía estar atado a esa roca. Y allí, en tiempos de incertidumbre, emergió la figura de Rafael Dudamel.

El legendario portero de la década de los noventa dibujó un organigrama en su mente y logró plasmar sus objetivos cuando la Federación Venezolana le encomendó la conducción del equipo Sub 17 en mayo de 2012. Dudamel, adecuando el legado de César Farías a su croquis, tuvo menos de un año para recorrer su país con el fin de encontrar el equipo para disputar el Campeonato Sudamericano de la categoría del siguiente año. Visitó regiones, comprendió las diferentes idiosincrasias dentro de la propia idiosincrasia, juntó coraje, realizó microciclos, esbozó su idea al material humano, presentó su proyecto al cuerpo directivo y renovó la conciencia del futbolista encabezando el liderazgo de su planificación. El único componente restante era la ejecución y recoger la siembra; y Venezuela en abril de 2013, logró la clasificación a una nueva cita orbital de la FIFA.

Sin embargo, ese certamen fue la primera muestra. La segunda se dio este año en Ecuador en el Sudamericano Sub 20. Con la misma columna vertebral en el pensamiento futbolístico e institucional, Rafael Dudamel también obtuvo la clasificación al Mundial. El entrenador, que se desempeña en las divisiones menores desde 2015 (tras un breve paso por el ACD Lara), también fue propuesto para asumir en el seleccionado Mayor y así cumplir la doble función. De esta manera, mientras se renueva la generación de futbolistas y gobierna las directrices del porvenir, Dudamel siendo conocedor de lo que viene, arma su combinado para mostrarse y medirse en la alta competencia. El venezolano se adelantó al hecho y, en un acto casi imposible, coordinó el tiempo para utilizarlo a favor de su proyección.

Wuilker Fariñez, con apenas 19 años, se adueñó de la valla que tanto defendió Rafael; y sus sustitutos, Joel Graterol y José Contreras, estuvieron en el ciclo de juveniles en los Sudamericanos mencionados. Wilker Ángel y Víctor García son los pilares de la defensa que entró en el Mundial Sub 20 de 2013, al igual que Rómulo Otero, Renzo Zambrano, Darwin Machís y Josef Martínez, bastiones del ataque Vinotinto. Por su parte, Yeferson Soteldo, Hermes Romero, Yangel Herrera estuvieron en la nómina que clasificó al evento del corriente año y ya conocen lo que es una convocatoria en la Mayor. Además, Adalberto Peñaranda y Andrés Ponce aparecen como las grandes promesas a explotar en el fútbol mundial, sumado a que los referentes Tomás Rincón y Salomón Rondón llegarían en plenitud y con la veteranía ideal para el 2022.

El fútbol en Venezuela es cosa seria y claramente se vislumbra que La Vinotinto no sufrirá más ese bullying deportivo de otros tiempos. Justamente en la era en la cual se exigen largos plazos, Dudamel sacó una pequeña ventaja a sus rivales regionales y la huella ya se ve.


lunes, 10 de abril de 2017

Bauza, al lado del camino

En el medio del torbellino de intereses que rodean a la AFA, el estratega fue despedido de la Albiceleste y festejan los que hacen de la crisis un show.

Edgardo Bauza.
Foto: Télam 
En tiempos donde todos contra todos, en tiempos de egoístas y mezquinos, Edgardo Bauza sufrió doloroso sentir de ser el timonel de una de las selecciones más prestigiosas del mundo, al menos por un rato. No fue justo el manoseo que padeció el santafesino de parte de la nueva junta directiva de la AFA y del despiadado reino del panelismo deportivo, que ejecutó su dignidad por vender la primicia.

No olvides que el perdón es lo divino y errar a veces suele ser humano y en lo estrictamente deportivo Bauza falló. Nunca pregonó esa impronta tan característica que lo llevó a ganar dos Copas Libertadores y cuando lo intentó, no gustó en el paladar de la opinión pública. De rebote, naufragando en la balsa maleante y perversa llamada “fútbol argentino”, el Patón fue consumido por un volcán de intereses totalmente arrasador. Como siempre, como todos lo técnicos, fue el más descartable de los descartables en la famosa “refundación”.

Habrá que declararse incompetente en todas las materias de mercado. El circo periodístico que se montó desde que Claudio Tapia fue nombrado presidente, en relación a la situación Bauza desfiguró todos los renglones de la mal llamada ética periodística. La primicia, el escándalo, el twitter y sus favs y rts, la placa roja, la placa negra, el zócalo trágico, la cita capciosa, el show de la crisis, el título relinchante, la opinión del pueblo, el club de amigos en la selección, el grito de los ex miembros de otros cuerpos técnicos de la selección, el rating, la venta, los móviles en Viamonte, los móviles en el predio, los amigos, los enemigos, las notas del DT, las reuniones, los ninguneos, las tramoyas, los audios filtrados, las refundaciones, los viajes a España, que Sampaoli sí, que Gallardo no puede, que Simeone se negó, las rescisiones, los millones, las demandas, los contratos por venir, los enigmas, la incertidumbre, la vergüenza, el ridículo. El fin. 

Hablamos del peligro de estar vivos.


La armada ibérica en Australia

La A-League de Australia emerge y busca dejar de ser un destino exótico para transformarse en un torneo competitivo. Con la afiliación del país oceánico a la Confederación Asiática de Fútbol, su certamen pretende de manera paulatina, igualar a China, Catar, Emiratos Árabes, Japón e India en cuanto a figuras y fichajes rimbombantes.   

Bruno Fornaroli
Foto: Melbourne City FC
Nueve españoles, cuatro argentinos, dos brasileros y dos uruguayos conforman el combo hispano que actúa en Australia. En marcado territorio de rugby, hockey y cricket, el fútbol aparece como nueva opción deportiva en la nación. El desarrollo en cuanto a infraestructuras y determinaciones administrativas es alto, sin embargo, en lo deportivo aún se busca dar el salto de calidad. Haber cambiado la ruta fácil de aplastar combinados de su confederación original para involucrarse en el mapa asiático ha mejorado sustancialmente la disciplina. La A-League, nacida hace apenas trece años, aun no nutre directamente el seleccionado pero se fortalece a la hora de disputar la Liga de Campeones de la AFC, a pesar de que todavía no ha habido grandes logros (solo Sydney Wanderers suma un título en la competición desde 2006).  

En la actualidad, las grandes figuras foráneas son el portero danés Thomas Sorensen y el entrenador español Guillermo Amor, campeón en la temporada 2015/16 con Adelaide United.  Este equipo cuenta con Cirio e Isaías, coterráneos de Amor y Marcelo Carrusca, aquel volante zurdo ex Estudiantes y Galatasaray.

Melbourne City tiene tres sudamericanos: el ex Boca Juniors Nicolas Colazo y Fernando Brandán, volante de destacado paso por Temperley, que lastimosamente sufrió una dura lesión. Finalmente, la gran figura del equipo y del campeonato es el goleador uruguayo Bruno Fornaroli, que luego de volverse un trotamundos, parece haber encontrado en Australia su lugar en el planeta fútbol.

En Sydney FC relucen los veteranos Milos Ninkovic y Filip Holosko, que han desarrollado sus trayectorias en ligas de tercer orden de Europa como Ucrania y Turquía. Allí, el brasilero Bobo, ex Corinthians, Besiktas y Gremio es su gran goleador. Por su parte, el Brisbane Roar, reconocido en estos días por haber eliminado al Shanghai Shenhua de Tévez de la AFC Champions League, es dirigido por el popular John Aloisi y cuenta en sus filas con Manuel Jesús Arana, un mediocampista andaluz que supo vestir las camisetas de Racing Santander y Mallorca.

Dimas Delgado, el vasco Borda, el charrúa Bruno Piñatares y Nicolás Martínez (hermano de Juan Manuel) comandan al Western Sydney Wanderers que orienta tácticamente el histórico Tony Popovic. Mientras que el Perth Glory cuenta con cinco extranjeros de relieve y el delantero español Diego Castro (ex artillero de Getafe y Gijón)  es el más ilustre de ellos. Finalmente, el Wellington Phoenix de Nueva Zelanda hace parte de la A-League y tiene un español (Gorrín) y un brasilero (Guilherme) entre sus filas.

Así se distribuye la armada ibérica:

España: Baró (Melbourne Victory); Arana (Brisbane); Diego Castro (Perth Glory); Borda y Dimas (Western Sydney) ; Alex Gorrín (Wellington Phoenix); Cirio, Isaías y Guillermo Amor como DT (Adelaide United)

Argentina: Nicolás Colazo y Fernando Brandán (Melbourne City); Nicolás Martínez (Western Sydney); Marcelo Carrusca (Adelaide United)

Brasil: Bobo en (Sydney FC); Guilherme (Wellington Phoenix)


Uruguay:  Bruno Fornaroli (Melbourne City); Bruno Piñatares (Western Sydney Wanderers)