sábado, 23 de diciembre de 2017

El hito de Hamsik

La noche de oro para Marek Hamsik no pudo ser tapada ni por los flashes de El Clásico en España. 116 goles y desplazamiento del trono a Diego Maradona como máximo goleador de Nápoli. 

Marek Hamsik
CARLO HERMANN - AFP-PHOTO

Fue un sábado 23 de diciembre de 2017 mientras el mundo se descocaba con Real Madrid y Barcelona. Fue en el jardín de su casa, en el San Paolo. El eslovaco Marek Hamsik, de cuna futbolera, posiblemente no pensó que sería el elegido para destronar al Dios de Nápoles del Olimpo goleador. Días después de que Diego Armando Maradona catapultara al equipo sureño a su cielo máximo en 1987, él nació. Y ahora, 30 años y medio después, se cargó en las espaldas todos los mitos y desplazó al 10 como el artillero histórico de los 'azzurri'.

Nápoli derrotó a Sampdoria por 3 a 2 y en un mágico primer tiempo, digno del frenesí y jolgorio que exacerba el equipo de Maurizio Sarri, y el gol de la victoria lo convirtió Hamsik. El gran icono de la institución en el nuevo siglo, anotó su tanto 116 y dejó en el segundo lugar a Maradona en la tabla de killers. Con más de 450 partidos en once temporadas, el 'capitano 17' se metió, pidiendo el permiso de los grandes, en las biblias más antiguas del Calcio.



Iniesta juega con nuestro cerebro

Hacer de lo simple una obra de arte. Será simplemente un texto para un jugador que su simpleza simplifica lo simple que es jugar a la pelota. 

Andrés Iniesta
Foto: Four Two Four
Cada vez que un mortal tiene el (increíble) atrevimiento de pensar un declive en la carrera de Andrés Iniesta, él se encarga de borrar los malos pensamientos de toda cabeza. Nos niega imaginarlo. El 'Cerebro' juega con el nuestro. Borra una y mil veces, automáticamente, toda imagen pesada de un desgaste físico y/o emocional, traslucido en sus dudas previas a firmar un nuevo contrato con Barcelona, cuando sale a la cancha y dirige el compás de esta milenaria gloria catalana.

En los nuevos tiempos de vértigo y despliegue, Iniesta sigue cautivando. Aparecieron las canas, se le ha caído el pelo, pero su suela se rejuvenece día a día. Y la experiencia, ese "peine que la vida te da cuando te quedas pelado", ha brillado para Andrés. El mediocampista no se agota de recorrer los mismos pasillos, de oler los espacios, de herir filtrando, de sacar los conejos de su galera, de ser el mejor jugador del mundo en silencio.