River ganó el partido y la Copa Libertadores en un retazo de
la cancha. Una zona estratégica libre, virgen. Puntillosamente denotada por
Marcelo Gallardo y su cuerpo técnico: el hueco entre perfil derecho de Lucas
Olaza, el perfil izquierdo de Wilmar Barrios y la espalda de Pablo Pérez.
En el comienzo del segundo tiempo, Nacho Fernández dio un
aviso.
Sin Barrios, Boca se desintegró, pero la soledad de Quintero
no era casual en el remate que desniveló el partido. Es la explotación de una
zona. El resto, es maravilla del enganche colombiano.
¿Cómo movió River a Pablo Pérez en el primer tiempo para encontrar esa zona? Con Enzo Pérez como stopper derecho en la salida.
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