Análisis táctico de los primeros dos partidos de Joachim Löw tras comunicar que nuevos tiempos llegaban a la Die Mannschaft.
Es cuestión de probar para Joachim Löw luego de anunciar una renovación en Alemania. Ante Serbia, utilizó el módulo que sostuvo durante gran parte de su gestión y ante Holanda, se la jugó por la línea de 3 centrales. Los nombres también influenciaron en los módulos, pues en el primer partido con el 4-2-3-1, los laterales Klostermann y Halstenberg tenían sus primeros minutos, Tah debía mostrar que puede ser un líder defensivo tras prescindir de Hummels y Boateng y Havertz o Brandt tenían que trasladar su buen momento en Leverkusen a la Absoluta. Era un movimiento complejo que no tuvo un efecto positivo.
Quedó la sensación de que hubo poca química entre Gündogan y
Joshua Kimmich en el doble pivote. Se vieron muchos (lógicos) desplazamientos a la
banda derecha del jugador de Bayern para entregar más profundidad al lateral
Klostermann, pero se le notó algo incómodo en esos movimientos. Brandt entregó el carril al jugador de Leipzig y buscó asociarse con Havertz en el centro. Además, en diferencia de como juega en Manchester City, Jöachim Löw
quiere un Sané con más centralizaciones y diagonales en Alemania. Aunque en el
dibujo luce como extremo, en la dinámica se posicionó casi como un segunda
punta, al lado de Timo Werner.
Con Marco Reus en campo todo cambió. Definitivamente es el líder y referente en el
recambio de la Selección alemana. Desde lo futbolístico y también desde el
contagio y las cuestiones sanguíneas. Un 'veterano' de 29 años que tiene todo para comandar a un equipo técnica y tácticamente muy disciplinado, pero que a veces carece de rebeldía
Ante Serbia: 4-2-3-1 = EMPATE 1-1
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