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Nacional, campeón Liga Águila 2017-I Foto: AFP - El Espectador (COL) |
Atlético Nacional demostró que su supremacía en Colombia es casi intocable. De las 20 fechas del certamen regular, los paisas sólo perdieron un encuentro y rompieron el récord histórico de puntos (49) cosechados en torneos cortos. Además, apenas recibió nueve goles y Franco Armani, bastión esencial de la resistencia, fue el portero menos vencido. Luego en playoffs, cuando parecía que el suelo se movía, Rueda y sus muchachos rediseñaron su identidad y plasmaron su amplia categoría con respecto al resto para levantar el trofeo.
No es fácil meter cinco goles en una final, pero es justo mencionar que ni Cali es el monstruo de la primera final, ni tampoco es el desastre de la segunda. Nacional padeció duramente la eliminación tempranera de Copa Libertadores, su verdadera medición futbolística en el semestre y el impacto fue tenaz. Además, los rumores del alejamiento del entrenador Rueda previo al duelo en Palmaseca resonó en los tímpanos de los jugadores. Justamente Rueda, amigo del tiempo, vociferó para que la remontada sea posible y acompañados por una multitud que reventó el Atanasio, los "Verdolagas" cumplieron con creces el cometido e hicieron olvidar su nefasta presentación pasada. En 20 minutos igualaron la serie (goles de Macnelly Torres y de Matheus Uribe), y aunque hubo un pequeño susto (autogol de Bocanegra) de por medio, Atlético Nacional fue demoliendo lentamente a Deportivo Cali y terminó humillándolo (Ibargüen, Dayro Moreno y Quiñones decoraron la goleada).
Muchos pilares ha tenido este proceso maravilloso de Nacional que inició Juan Carlos Osorio. El primero ha sido su sucesor: Reinaldo Rueda. El estratega mundialista agrandó la herenció y dejó la vara bien alta para quien lo reemplace. Rueda sentó sus lineamientos con el mensaje claro y ambicioso de poner al club en la cúspide de América y lo logró. Su estilo y su impronta superó a lo nominal y cada equipo que plantó tenía su sello. Tras el título, el DT, jamás separado de las realidades, habló de "oxigenación" en un acto de humildad total, dejando en clara su postura de alejamiento y ahora habrá que ver si la actuación de la hinchada y la palabra de los dirigentes logran seducirlo para revertir su decisión.
La gran figura de Nacional en las finales fue Franco Armani. El argentino se cargó en las espaldas el desmoronamiento emocional de sus compañeros y por él, el equipo dio vuelta la situación. Dayro Moreno marcó goles importantísimos ante Jaguares y Millonarios en los cuartos y semis y demostró que fue un refuerzo de lujo para Nacional. Matheus Uribe, una de las mejores apariciones del fútbol colombiano en los últimos años, evidenció que su carrera es más fidedigna que prometedora y Andrés Ibargüen comprueba en que el ADN natural del jugador colombiano no ha desaparecido. También vale destacar a los históricos Alexis Henríquez, Farid Díaz, Diego Arias y Daniel Bocanegra, que con un papel menos protagónico que en otras definiciones, forman parte del inicio del legado.
Nada mejor que culminar un ciclo (si es que culmina) dejando bien alta la escala, la dimensión y la magnitud. Atlético Nacional conquistó América y ganó respeto en cada rincón del continente apostando a corto, mediano y largo plazo en la misma huella. La mirada del ayer destelló el presente y seguramente encaminará el futuro.
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