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Zlatko Junuzovic |
¿El motivo de este flojo arranque? La ausencia del capitán Zlatko Junuzovic.
Nouri apuesta por un ambicioso 3-1-4-2 en ataque que en el repliegue se convierte en un rocoso 5-3-2 y esa mutación no define concretamente la propuesta. El equilibrio, a cargo del joven Maximilian Eggestein aún no ofrece garantías y la aparición del histórico Phillip Bargfrede nuevamente toma dimensión para adueñarse del círculo central. Los carrileros, el checo Gebre Selassie y el sueco Augustinsson (recientemente arribado a la institución) son más laterales que extremos y su determinación a la hora de atacar no propone candor, sino tibieza. Por ello, la contribución ofensiva de la medular (Thomas Delaney o Kainz) es quien debe alimentar a Belfodil, Bartels o Kruse (15 goles en la pasada campaña), actualmente lesionado. Aquí radica el principal problema: sin Junuzovic, el nexo entre volantes y delanteros, no hay un líder que guíe el modelo. El austriaco aún no ha podido debutar en el naciente curso por problemas en un tendón de aquiles y el equipo lo sufre. Con su brillante pegada y panorama, ha sido de los mejores asistentes en Alemania en los últimos certámenes, lo que demuestra el descanso del equipo hacia su generación de juego. Además, la salida de Serge Gnabry, de grata explosión con Nouri, diluyó las transiciones en vértigo por las bandas.
Por ello, el estratega deberá dar un vuelco a su ideología y adaptar su plantilla a la realidad. La Bundesliga recién comienza, pero Werder Bremen está en puestos de descenso y no puede concebirse que en un club que siempre tiene que estar en Zona de Europa, en pocas jornadas vea tan lejos tal horizonte.
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