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España se despidió de Rusia sin derrotas. |
La secuela lógica fue un desempeño paupérrimo de la Roja en
la Copa. Si bien es cierto que España se fue de Rusia sin perder, su
favoritismo se diluyó de una manera contundente: no ganó el mejor partido que
disputó (ante Portugal), clasificó angustiosamente a los cuartos de final (gol
y VAR de Aspas a Marruecos) y fue derrotada ante la anfitriona Rusia, un nación
sin historia mundialista, con un esquema temeroso que cercó sus intenciones anémicas,
esporádicas y anodinas de la Furia, mientras Iniesta miraba todo desde el banquillo de
suplentes.
Hierro no luce como culpable. Dejó un cargo administrativo y
con la pasión que siempre lo caracterizó hizo lo que pudo para liderar desde la
estrategia una pizarra automatizada. El mayor despiste que causó controversia fue el
ingreso de Koke por Iniesta para enfrentar a Rusia y justamente tras la
eliminación, surgió un video donde Diego Costa expuso sus ópticas sobre la
selección del mismo Koke como ejecutor en la serie de penales. Quedó en manifiesto que
Hierro se apoyó en el pensamiento de los jugadores en el delineamiento de las
decisiones más concluyentes.
España en el Mundial pasado se fue en primera ronda y en la
Euro de hace dos años también tuvo su tropezón. Con Lopetegui renacieron las esperanzas e incluso, la Roja se compró un nuevo traje de candidato; pero esa última
ficha por jugar para la ‘Generación Dorada’ se perdió en la maquinita de la
maquinaria ‘merengue’ y cayó por el agujero negro de la Real Federación.
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