Lanús vivió su noche más maravillosa, pero desayunó amargura. Derrotó a River en la semi de la Libertadores y lamentó el fallecimiento de Ramón Cabrero, un hombre clave en la historia moderna del club.
Ramón Cabrero es el constructor de la obra Lanús. Él, como líder deportivo, encabezó un proyecto ciudadano guiado por Alejandro Marón y Nicolás Russo. Cabrero, asistido por Luis Zubeldía, quien sería su sucesor, consiguió el primer título en la máxima división con los Granates, un equipo que en sus peores tiempos supo naufragar en la Primera C del fútbol argentino. Era un plan futurista que sembró semilla en la base del club y recogió el fruto de la gloria con personas que recorrieron a diestra y siniestra los pasillos del club. Este martes 31 de octubre, la República de Lanús tuvo su noche épica luego de una dramática y heroica remontada ante River Plate en las semifinales de la Copa Libertadores de América. Fue la confirmación de la transformación del club de barrio hacia una institución de relieve continental. En el amanecer siguiente post-euforia, Ramón Cabrero murió. No podía partir hacia otro lugar sin haber sabido que su equipo estaría en la cumbre de América.
Luego del alejamiento de Cabrero, dos entrenadores marcaron huella en los Granas: Guillermo Barros Schelotto y Jorge Almirón prosiguiendo los prismas esenciales: las divisiones menores. De esta manera, Lanús se nutría para su primer equipo y, con las buenas actuaciones de los muchachos, sacaba un delicioso jugo económico con ventas superlativas. Guillermo ganó la Copa Sudamericana; Almirón, por su parte, se adjuntó el segundo trofeo doméstico una histórica finalísima de Libertadores tras evadir varios 'cucos' en el camino como San Lorenzo y River. Contra los "Millonarios" fue una alegre odisea. Cayó en el Monumental y en rodeo propio vio como su rival se aventajaba por tres goles de diferencia (con dos de los famosos goles de visitante) antes de culminar la primera parte del juego de vuelta. Necesitaba un milagro de cuatro goles y se cumplió.
Dos baluartes se han de destacar en esta cronología exitosa de Lanús en el Siglo XXI. José Sand, el gran goleador y Maximiliano Velázquez, el eterno capitán. Sand es un descarte de las formativas de River. Desde su polémica salida de Núñez, el atacante correntino encontró en las redes de los seis palos de Guidi y Arias su hábital natural. Es el hombre centenario, figura máxima y célebre personaje indiscutido. A sus 37 años, Velázquez se enalteció como uno de los mayores emblemas Granates. En tiempos donde los futbolistas cambian de camisetas como de calzoncillos, el lateral lleva once años en el equipo, interrumpidos por un breve ciclo en Independiente, con la cinta de capitán heredada en su brazo. La vida deportiva de Maxi en sus inicios estuvo marcada a fuego por descensos: con Ferro de la Primera a la Tercera, con Talleres a la Segunda y en Lanús encaminó su trayectoria pulgar hacia arriba. Por ello, por los momentos de buena vibra y los momentos de aguda crisis, Sand y Velázquez, quienes han resistido los embates del destino más cruel y el destino más dulce, se caratulan como dos iconos trascendentales para comprender la melosa porción de historia
Causa curiosidad que Sand y Velázquez no se hayan formado en el club. La lista de cracks que habitaron la pensión granate es larga: Lautaro Acosta (arribó a la Selección por su gran nivel en su segunda etapa), Valeri, Guido Pizarro, Seba Blanco, Marchesín, Pelletieri, Leto, Fritzler, Archubi, Izquierdoz, Diego González, Junior Benítez, Lagos, Biglieri. Y los que aún permanecen en el equipo como Andrada, Barrientos, Pasquini, Herrera, entre otros. Muchos talentos forjados en la cuna que se dispararon hacia Europa y a los grandes equipos de Argentina.
Sin embargo, como entonan las estrofas de la marcha: omnipotente es tu color de norte a sur. Justamente el color es lo que se destaca en Lanús. Lanús es Granate. Y las banderas granates flamearon de norte a sur, más agitadas y alborotadas que alguna otra vez..
Lanús Foto: Clarín |
Luego del alejamiento de Cabrero, dos entrenadores marcaron huella en los Granas: Guillermo Barros Schelotto y Jorge Almirón prosiguiendo los prismas esenciales: las divisiones menores. De esta manera, Lanús se nutría para su primer equipo y, con las buenas actuaciones de los muchachos, sacaba un delicioso jugo económico con ventas superlativas. Guillermo ganó la Copa Sudamericana; Almirón, por su parte, se adjuntó el segundo trofeo doméstico una histórica finalísima de Libertadores tras evadir varios 'cucos' en el camino como San Lorenzo y River. Contra los "Millonarios" fue una alegre odisea. Cayó en el Monumental y en rodeo propio vio como su rival se aventajaba por tres goles de diferencia (con dos de los famosos goles de visitante) antes de culminar la primera parte del juego de vuelta. Necesitaba un milagro de cuatro goles y se cumplió.
Dos baluartes se han de destacar en esta cronología exitosa de Lanús en el Siglo XXI. José Sand, el gran goleador y Maximiliano Velázquez, el eterno capitán. Sand es un descarte de las formativas de River. Desde su polémica salida de Núñez, el atacante correntino encontró en las redes de los seis palos de Guidi y Arias su hábital natural. Es el hombre centenario, figura máxima y célebre personaje indiscutido. A sus 37 años, Velázquez se enalteció como uno de los mayores emblemas Granates. En tiempos donde los futbolistas cambian de camisetas como de calzoncillos, el lateral lleva once años en el equipo, interrumpidos por un breve ciclo en Independiente, con la cinta de capitán heredada en su brazo. La vida deportiva de Maxi en sus inicios estuvo marcada a fuego por descensos: con Ferro de la Primera a la Tercera, con Talleres a la Segunda y en Lanús encaminó su trayectoria pulgar hacia arriba. Por ello, por los momentos de buena vibra y los momentos de aguda crisis, Sand y Velázquez, quienes han resistido los embates del destino más cruel y el destino más dulce, se caratulan como dos iconos trascendentales para comprender la melosa porción de historia
Causa curiosidad que Sand y Velázquez no se hayan formado en el club. La lista de cracks que habitaron la pensión granate es larga: Lautaro Acosta (arribó a la Selección por su gran nivel en su segunda etapa), Valeri, Guido Pizarro, Seba Blanco, Marchesín, Pelletieri, Leto, Fritzler, Archubi, Izquierdoz, Diego González, Junior Benítez, Lagos, Biglieri. Y los que aún permanecen en el equipo como Andrada, Barrientos, Pasquini, Herrera, entre otros. Muchos talentos forjados en la cuna que se dispararon hacia Europa y a los grandes equipos de Argentina.
Sin embargo, como entonan las estrofas de la marcha: omnipotente es tu color de norte a sur. Justamente el color es lo que se destaca en Lanús. Lanús es Granate. Y las banderas granates flamearon de norte a sur, más agitadas y alborotadas que alguna otra vez..
Lanús, siempre Lanús
inigualable y divino es tu color
y ostentas por tu virtud
omnipotente es tu color de norte a sur
Lanús, omnipotente es tu color de norte a Sur
Reviewed by laprimeragambeta
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22:08
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