Jorge Sampaoli manifestó que el atacante de Juventus aun no se amolda a su idea de juego o que con su cuerpo técnico no lograron adaptarlo al esquema. ¿Peligra la participación mundialista de uno de los mejores jugadores del fútbol europeo?.
Entre las palabras que quedan en el viento, Paulo Dybala tuvo la mala fortuna de generar un disparador ideal para el asidero crítico de los tiempos virtuales: ¿Cualquier futbolista puede jugar alrededor de Messi?. Luego de buscar un sinfín de señalamientos críticos sobre la figura del 10 en cuanto a su rendimiento en Barcelona y en la Selección, ahora el problema no es ni Messi ni la impronta catalana: el problema es seguir "su" ritmo. El comentario de Dybala parece haber calado hondo en la opinión pública, pero también en donde más importa, en la cabeza de Jorge Sampaoli.
Es cierto, Paulo y Lionel no se han encontrado en la cancha en el puñado de partidos que jugaron juntos. La química entre los dos talentos no tuvo fluidez y aun más se señala a Dybala de no haber respondido cuando jugó sin Messi. Existe como una especie de doble crucifixión a un joven que apenas tiene 12 partidos con la Selección, habiendo llegado en la zozobra albiceleste que decapitó a Martino y a Bauza y puso de bombero a Sampaoli. ¿Realmente Argentina puede darse el lujo de descartar a Dybala? El cordobés, un hombre insignia en una Juventus (dominador exclusivo del Calcio) que recuperó terreno continental en Champions, ha logrado patentarse como un jugador de completa jerarquía, de verdadero respeto internacional .
Sampaoli, gran orador, analista y tacticista del juego y de la situaciones parece generar un discurso inconsistente: 1) Dybala no está con Argentina porque viene sin ritmo tras una lesión (¿Qué pensar entonces de Ramiro Funes Mori y Pablo Pérez?); 2) Dybala no ingresa en la idea de juego. Pero ¿cuál es la idea del entrenador? Armar el equipo en torno al mejor Messi de cada día. Cuando del todos para uno, se genera el tirón del "de uno hacia el resto", de lo individual a lo colectivo, del contagio que pueda genera un D10S a los diez restantes, la teoría se modifica. ¿Los diez restantes son servidores? Dybala, claramente, puede ser más que un servidor, él puede sentarse a la derecha de Dios Padre.
Sampaoli, un convencido de sus sentimientos, ¿se dejó vencer en esta batalla?. ¿La no convocatoria tirón de orejas? Es una lectura. ¿Tan cerca de Rusia? Puede ser un error. ¿Cómo se gana alguien su lugar en el Mundial si no juega? No se lo gana. En todo caso, ¿logrará Sampaoli volver a seducir a Dybala desde lo deportivo y lo anímico? Esa incertidumbre la generó el propio DT.
Entre las palabras que quedan en el viento, Paulo Dybala tuvo la mala fortuna de generar un disparador ideal para el asidero crítico de los tiempos virtuales: ¿Cualquier futbolista puede jugar alrededor de Messi?. Luego de buscar un sinfín de señalamientos críticos sobre la figura del 10 en cuanto a su rendimiento en Barcelona y en la Selección, ahora el problema no es ni Messi ni la impronta catalana: el problema es seguir "su" ritmo. El comentario de Dybala parece haber calado hondo en la opinión pública, pero también en donde más importa, en la cabeza de Jorge Sampaoli.
Es cierto, Paulo y Lionel no se han encontrado en la cancha en el puñado de partidos que jugaron juntos. La química entre los dos talentos no tuvo fluidez y aun más se señala a Dybala de no haber respondido cuando jugó sin Messi. Existe como una especie de doble crucifixión a un joven que apenas tiene 12 partidos con la Selección, habiendo llegado en la zozobra albiceleste que decapitó a Martino y a Bauza y puso de bombero a Sampaoli. ¿Realmente Argentina puede darse el lujo de descartar a Dybala? El cordobés, un hombre insignia en una Juventus (dominador exclusivo del Calcio) que recuperó terreno continental en Champions, ha logrado patentarse como un jugador de completa jerarquía, de verdadero respeto internacional .
Sampaoli, gran orador, analista y tacticista del juego y de la situaciones parece generar un discurso inconsistente: 1) Dybala no está con Argentina porque viene sin ritmo tras una lesión (¿Qué pensar entonces de Ramiro Funes Mori y Pablo Pérez?); 2) Dybala no ingresa en la idea de juego. Pero ¿cuál es la idea del entrenador? Armar el equipo en torno al mejor Messi de cada día. Cuando del todos para uno, se genera el tirón del "de uno hacia el resto", de lo individual a lo colectivo, del contagio que pueda genera un D10S a los diez restantes, la teoría se modifica. ¿Los diez restantes son servidores? Dybala, claramente, puede ser más que un servidor, él puede sentarse a la derecha de Dios Padre.
Sampaoli, un convencido de sus sentimientos, ¿se dejó vencer en esta batalla?. ¿La no convocatoria tirón de orejas? Es una lectura. ¿Tan cerca de Rusia? Puede ser un error. ¿Cómo se gana alguien su lugar en el Mundial si no juega? No se lo gana. En todo caso, ¿logrará Sampaoli volver a seducir a Dybala desde lo deportivo y lo anímico? Esa incertidumbre la generó el propio DT.
El lujo de descartar a Dybala
Reviewed by laprimeragambeta
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