Boca Juniors
consiguió la Supercopa Argentina en su primera final tras Madrid. Gustavo
Alfaro logró su primer trofeo en los Xeneizes.
Una especie de desahogo. No un desahogo completo. Quizás un
punto de partida. Así toman en Boca Juniors la obtención de la Supercopa
Argentina 2019, luego de la dura derrota en la final eterna ante River Plate en
la pasada Copa Libertadores. El cuadro de Gustavo Alfaro logró batir a Rosario
Central por penales y se sacó la ‘mufa’. Aquel paludismo riverplatense en el que
entró desde diciembre y que prácticamente borró su dominio total en el fútbol
argentino (bicampeonato y más de 600 días como puntero de la Liga).
Escribir un nuevo párrafo era la misión. En la previa, si
ganaba la Supercopa sería un trofeo más; si perdía, perdía una nueva “final del
mundo”. Así se convive en la urgencia del “Mundo Boca”. Este Deportivo Ganar
Siempre diario que castiga la derrota y no confía en más proyecto que ganar y
ganar. Por ello, el triunfo en el lodo de Mendoza es el título de la calma post
caos. Y es el primero de Alfaro, quien no defrauda en su primera final.
“Me vino a la cabeza:
el penal este me retira, me condenaba, o lo hago y es todo mucho más fácil”,
declaró Carlos Tevez tras el logro. Vaya frase para dimensionar tal importancia
del mismo.
El título de la calma post caos de Boca Juniors
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