Atlético con los de siempre

Una nueva proeza se gesta en la Era Simeone en Atlético Madrid. El 'Cholo', lejos de frustrarse tras una mala Liga de Campeones, alcanzó una nueva finalísima continental: jugará en Lyon por el título de la Europa League ante Marsella, con varios de sus fieles guerreros de mil batallas. 

Antoine Griezmann es el mejor jugador de Atlético Madrid desde hace varios años. No hay dudas de ello. Por eso estuvo en la órbita de los grandes del mundo a comienzo de temporada mientras la institución se encontraba en embargo para fichar. Todo parecía unir al francés a Barcelona tras la salida de Neymar, pero algo lo frenó: el sentido de pertenencia. Desde que Diego Simeone arribó a su casa en Europa, propuso el juego de piel y corazón para cualquiera que vistiera las barras rojas y blancas 'colchoneras' y ese impacto llegó a la conciencia de Antoine para pensar y repensar las cosas en agosto. Esa manera clamorosa y sanguinaria de sentir al club, de vivir para el club y de transmitir del club hacia afuera, matiza el éxito de Atlético en la década actual. Cualquier teoría, lectura, táctica y filosofía del 'Cholo' nace desde la sabiduría de las entrañas. Para cualquier partido: sea una final de Copa de Europa.

Así como Griezmann, hay cuatro piezas claves en el 'Cholismo' que comprendieron, adquirieron y aun enaltecen la moción: Diego Godín, Gabi Fernández, Juanfran y Koke. Los cuatro estuvieron en Bucarest en aquella consagración ante Athletic y los cuatro han sido los bastiones de una nueva llegada del equipo al pedestal europeo. Desde ellos el Atlético resurgió. Fue un comienzo de milenio atípico que jamás daría premonición positiva del presente. Pero con el poder de la sangre y el calor del hogar es que . Se necesitaron pilares que hayan conocido las más malas para llegar a las más buenas. De esa manera, Simeone no ha claudicado.

Oblak fue la mejor continuidad para un imperial Courtois, Saúl prosiguió el brote de la cantera de oro tras Koke mientras Gabi aun enseña. Godín se trajo consigo a José María Giménez para dejar la herencia en vida. Ni Diego Costa ni Filipe Luis pudieron plasmar en Inglaterra ese efecto único de competencia hemorrágica que se despliega en Madrid. Fernando Torres, que volvió y ahora se irá, necesitó de las caricias para volver a agigantarse como un goleador de época. Se aproximan los momentos de Thomas Partey, de Angel Correa y Lucas Hernández, jugadores que son realidad mientras no dejan de ser promesas. El proyecto todavía seduce a Simeone. Simeone sabe que Atlético puede más. Y aún, con los de siempre, tiene historia por escribir.