Junior Firpo en la constancia de una idea

Curso superlativo de Junior Firpo en Betis. Dentro tanto trazo sensible, la agresividad y pujanza del hispano-dominicano es vital para el ataque de Setién.

 Un elemento nominal para entender la idea de Quique Setién en Real Betis es Junior Firpo. Junior es ese intérprete para el sentido de la provocación ofensiva en las sangrías defensivas rivales, es ese desnivel que mezcla velocidad, intrepidez, inteligencia y decisión para la estocada punzante que necesita el juego de posesión; Junior Firpo es esa aparición taciturna y sigilosa del crimen. En un año y media pasó del filial a ser la nueva perla del mercado europeo. Así como surgió el Odriozola de Eusebio Sacristán en la Real Sociedad, surgió el Firpo de Setién. Trabajando desde el silencio, realizando el camino de la hormiga para la consolidación.

En el rodaje del Betis, Firpo es el carrilero que más ensancha el campo. Su diferencia con Francis (o Barragán o Tello), es que Junior se instala metros más arriba, casi en la altura del lateral rival. Como Bartra y Mandi direccionan en su mayor parte el juego del centro a la derecha, Junior ya escaló tímidamente y se dispone a esperar la recepción y el impacto de su arrojo.

Firpo lleva tres goles en 16 partidos esta temporada. Los mismos que Loren Morón y Canales. Es un dato no menor para Setién, un entrenador que no pondera que su delantero central sea un ‘ultra killer’ ni que su talante creativo se faje con 20 goles en el año. Firpo ha llegado a sus conquistas, numéricas e identitarias, no por el factor sorpresa, sino por la constancia de una idea. Y una vez todo el Camp Nou y el mundo fueron testigos.