Durante los noventa, Noruega brilló con una
notable generación de futbolistas comandadas por un maestro del fútbol: Egil
Olsen. Tras dos clasificaciones a Mundiales y un ingreso a la Eurocopa, el
sueño de consolidarse en el Viejo Continente se derrumbó.
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Noruega, vapuleada por Alemania Foto: Getty Images |
Dios
los cría y el viento los junta, dicta un presagio en modo algo prejuicioso. Sin
embargo, tal moción fue estupenda para el fútbol noruego en la década de 1990.
El combinado nacional escandinavo solamente había jugado un Mundial FIFA. Fue a
comienzos de Siglo XX, en Francia 1938. Recién a fines del milenio se
reencontró con una camada extraordinaria de talentos que entusiasmaron a un
pueblo ferviente por el balón. Más allá de cualquier deporte de invierno, el
fútbol destronó las pasiones más visibles del aficionado local.
Es que
se habían juntado Henning Berg, Dan
Eggen, Stig Bjornebye, Gunnar Halle con Ronny Johnsen. También se encontraron Leohardsen, Rekdal, Erik Mykland y Lars Bohinen. Jostein Flo y Fjorfort abrirían paso a Tore Andre Flo, Ole Gunnar Solsjkaer y
Egil Ostenstad. Todos cavaron senderos en Inglaterra, España y Alemania
como destino escogido para foguearse con la élite. Y allí, con la conducción
certera de Olsen, Noruega tuvo el mejor ciclo de su cronología deportiva. Este
pasaje, de decenas de añares de construcción, finalmente se concebía,
finalmente se enaltecía.
Pero la
transición post Olsen no cuajó. No se cimentó esa mutación etaria cuando todo
indicaba que el salvoconducto al nuevo milenio era consistente. Y así quedaron
truncadas las ilusiones de la descendencia venidera. El corazón
estrujado de John Arne Riise, el
máximo asistente histórico con la selección, los goles perdidos de John Carew, la autoridad abdicada de Brade Hangeland. Y la lista continuó ni
la aparición de Bakke, Riseth e Iversen
en los comienzos del 2000, ni la continuidad de Morten Gamst Pedersen o Per Skjelbred, ni tampoco Jarstein, Braaten, Elyounoussi o Nordtveit han podido compaginar el
temple físico con la gélida técnica para fortalecerse en Europa.
Es prematuro, pero todos los cañones apuntar a Martin Odegaard, promesa del Real
Madrid, como el guía de los tiempos por venir. Tras ser goleado por Alemania 6
a 0 en la Clasificación hacia Rusia 2018, Joachim Löw, el seleccionador teutón,
dijo: “Lars Lagerback aportará su
experiencia a Noruega”. Un elogio que entusiasma en el proceso inicial de la
revuelta necesaria.
El drama noruego del nuevo milenio
Reviewed by laprimeragambeta
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