En la temporada 2017/18, Schalke 04 fue el mejor equipo de Alemania detrás de Bayern Munich y su entrenador Domenico Tedesco se caratuló como el conductor 'revelación' de la Bundesliga. Su estilo de juego sentaba sus bases en el equilátero perfecto de su mediocampo: Goretzka-Meyer-Harit. Para la 2018/19, solo queda Harit y el estratega delinea un nuevo molde.
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Domenico Tedesco Foto: 90 Min |
Con derrota 2 a 1 en el Volkswagen Arena de Wolfsburgo inició su curso Schalke 04. El equipo sensación de la campaña pasada afrontará un doble reto, asentarse nuevamente en los primeros puestos de Bundesliga y disputar la fase de grupos de Champions League, sin dos de las mejores piezas que encumbraron al onceno de Domenico Tedesco en un altísimo nivel:
Max Meyer y Leon Goretzka. Ante los alejamientos de estos mediocampistas, claves en la fisionomía y en el rodaje de la puesta en escena del estilo y pensamiento del DT, se buscan nuevos intérpretes para el modelo 2018/19.
En el duelo ante Wolfsburgo, Schalke saltó al campo con un doble pivote compuesto por el canterano Weston McKennie y el flamante fichaje proveniente de Mainz Suat Serdar. El funcionamiento de la pareja no tuvo impacto inicial. Bruno Labbadia, entrenador de los 'Lobos' situó a Maximilian Arnold en una doble función de interno y mediapunta para tapar la salida de McKennie y desarticuló completamente la química entre los pivotes del club de Gelserkirchen. A su vez, Joshua Guillavogui impuso condiciones desde lo físico (incluso arrastrando una lesión) y de esta manera Schalke perdió peso específico determinante en la medular.
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Once inicial de Schalke ante Wolfsburgo |
Para la etapa complementaria, Tedesco leyó los movimientos de Labbadia y ubicó en el círculo con McKennie a Salif Sané, también nuevo jugador del equipo, para el doble pivote. De esta manera, Tedesco pasó de 3-4-2-1 al 4-2-3-1. El músculo contra músculo de Sané vs. Guillavogui no se dio porque Gerhardt reemplazó al francés, pero la variante táctica manifestó presencia, fortaleza, robustez, templanza y vigor en el sector. Sané jugó en Hannover como central en gran parte de su campaña, pero su posición natural en sus comienzos en Nancy era como volante. Sin embargo, cuando Schalke parecía estabilizarse, Nastasic vio la tarjeta roja y el plan dio un nuevo vuelo.
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Salif Sané, de la zaga al mediocampo. |
Con un hombre menos, Tedesco situó un 3-3-3. McKennie y Sané retrocedieron a la zaga. Serdar regresó al círculo central y fue reemplazado por Nabil Bentaleb. El argelino, conocedor de la filosofía de su entrenador, ingresó y le dio el vuelco dinámico necesario para romper las líneas del rival. En el primer balón que tocó, habilitó Embolo, este provocó el córner que derivó en la mano de Brooks y el penal del empate (que el propio Bentaleb cobró).
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El mediocampo con 10. |
El encuentro se definió en la última jugada a favor de Wolfsburgo. El primer traspié de Schalke se da mientras su entrenador afina el lápiz para dibujar un nuevo mediocampo. Se viene una competencia exigente para el equipo y es necesario para el proyecto de Tedesco acertar en el nuevo diagrama táctico.
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