Bournemouth atraviesa una meseta negativa en cuanto a resultados y rendimiento en la Premier League.
De los últimos 30 puntos, Bournemouth ha sumado apenas siete y no logró sostener su magnífico comienzo de temporada en la Premier League. Uno de los motivos de la racha negativa es la ausencia de Lewis Cook, su generador de fútbol en el centro del campo.
En el 4-4-1-1 de Eddie Howe, Lewis Cook se convirtió en una pieza imprescindible. Junto a Jefferson Lerma rápidamente compusieron un doble pivote complementario y desde su presencia en la medular confeccionaron los mejores momentos del equipo en el campeonato. Los Cherries sumaron una buena cantidad de puntos en el primer cuarto de la Premier gracias al dominio de los volantes, la explosión de jugadores como Ryan Fraser, Junior Stanislas y el toque diferencial de David Brooks que activó la cuota goleadora de Wilson. Pero sin la ficha de Cook para comenzar el circuito, el fútbol de Bournemouth se desmoronó.
Ni Gosling ni Surman ni Ibe ni jugar con tres centrales para apostar más al desarrollo por las bandas, ni crear un trivote, han cuajado para reemplazar la generación de juego de Cook. Desde el 8 de diciembre Cook está fuera de las canchas. Bournemouth jugó nueve partidos y perdió siete. El colchón de unidades logrados en el arranque aun sostiene al equipo de Howe duodécimo en la tabla, pero la nostalgia de los mejores días con Cook retumba jornada a jornada.
Foto: The Telegraph |
De los últimos 30 puntos, Bournemouth ha sumado apenas siete y no logró sostener su magnífico comienzo de temporada en la Premier League. Uno de los motivos de la racha negativa es la ausencia de Lewis Cook, su generador de fútbol en el centro del campo.
En el 4-4-1-1 de Eddie Howe, Lewis Cook se convirtió en una pieza imprescindible. Junto a Jefferson Lerma rápidamente compusieron un doble pivote complementario y desde su presencia en la medular confeccionaron los mejores momentos del equipo en el campeonato. Los Cherries sumaron una buena cantidad de puntos en el primer cuarto de la Premier gracias al dominio de los volantes, la explosión de jugadores como Ryan Fraser, Junior Stanislas y el toque diferencial de David Brooks que activó la cuota goleadora de Wilson. Pero sin la ficha de Cook para comenzar el circuito, el fútbol de Bournemouth se desmoronó.
Ni Gosling ni Surman ni Ibe ni jugar con tres centrales para apostar más al desarrollo por las bandas, ni crear un trivote, han cuajado para reemplazar la generación de juego de Cook. Desde el 8 de diciembre Cook está fuera de las canchas. Bournemouth jugó nueve partidos y perdió siete. El colchón de unidades logrados en el arranque aun sostiene al equipo de Howe duodécimo en la tabla, pero la nostalgia de los mejores días con Cook retumba jornada a jornada.
Bournemouth en una meseta profunda
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