Dos pasos en falso sitúan a Argentina en una situación comprometida en el Sudamericano Sub 20.
Manuel Insaurralde lucha ante José Cifuentes. Foto: Sudamericano Sub 20 - Twitter Oficial |
Algún cambio de frente de Manuel Insaurralde, algún quite de
Santiago Sosa, algún centrito de Facundo Mura, alguna diagonal de Pedro De La
Vega, alguna aparición de Julián Álvarez, algún intento inventivo de Thiago
Almada. En dos partidos, la Selección Argentina Sub 20 es un rejunte de
cositas. El Sudamericano de Chile es tan solo el escenario público de un
proceso de vaivenes. En el poco tiempo de trabajo de su entrenador, Fernando
Batista, no hace más que continuar el estrepitoso linaje que esta generación de
jugadores ha sufrido con tres diferentes entrenadores en un año.
En tierras chilenas, Argentina ha partido desde un 4-3-3. Sin
Leonardo Balerdi como patrón de zaga, el estilo de fútbol de posesión que se
pregona comienza fallando. En los juegos contra Paraguay y Ecuador, las fallas
en la salida fueron más que visibles. Luego, la intención en el mediocampo como
Manuel Insaurralde y Francesco Lo Celso es tener un pase limpio, pero ninguno
es un líder creativo para comandar los ataques. Como mediocentro, Santiago Sosa
tiene un buen olfato para la recuperación y parece un puesto fijo en el equipo.
Sin embargo, ninguno de los miembros del trivote pudo oficiar como nexos de los
extremos y del centrodelantero.
En Argentina falta un enlace. Falta ese conductor que pida
la pelota y la entregue precisa en la zona candente. El toqueteo intrascendente
en campo propio y en el círculo central no ha hecho más que otorgar seguridades
a los broqueles rivales. Ezequiel Barco era el jugador a romper (o potenciar) literalmente
con el esquema. Sin el jugador de Atlanta United, Gonzalo Maroni ocupó su lugar
únicamente en la planilla. Esa figura parece determinante en este conjunto
partido, sin estela, con más detalles individuales que cuerpo colectivo. La
columna vertebral del equipo que triunfó en L’Alcudia no ha jugado, es verdad:
Balerdi-Maroni-Colidio han sido suplentes. El sistema no parece amoldarse a las
características de los jugadores. Álvarez, De La Vega y Almada han sido
externos cuando su potencial por el carril central luce más atractivo. Son
muchas las piedras en el corto camino.
La paciencia se agota rápido en este tipo de torneos. En dos
partidos se puede perder todo y Argentina marcha última en su grupo con
Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. El entrenador, los pibes están en jaque. Las
cabezas directivas, hace rato que no juegan para la Selección.
Un rejunte de cositas
Reviewed by laprimeragambeta
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20:28
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