En 72 horas, Alemania se coronó campeón del Europeo Sub 21 y de la Copa Confederaciones derrotando a una camada extraordinaria de futbolistas españoles y a la "Generación dorada" de Chile. Esta vez, los subcampeones serán recordados.
"Del segundo no se acuerda nadie", vociferan los reduccionistas del todo. Y vaya que se se equivocan. Mínimamente se tragarán esa moción en cuanto a Chile y España, donde rivales a la altura de Alemania gran ganador de la Confederaciones y Euro U21. Los trasandinos con su esplendorosa generación dorada bicampeona de América y los españoles con una nómina de ensueño, cayeron ante la estructura teutona, pero también dejaron gratísitimas sensaciones en ambos certámenes.
Chile y los ilustres de su apogeo. El gran capitán Bravo, héroe ante Portugal, Medel y Jara son los bastiones de la resistencia, Vidal el líder natural y Alexis Sánchez la cuota de habilidad, forman la columna vertebral que describe la esencia de la impronta de la Roja sudamericana. Un equipo consolidado, que cultivó su jerarquía con la fuerza y el trabajo del sacrificio y las estrellas de una filosofía de juego fijada en el horizonte. A ellos, se le suman Marcelo Díaz, Beausejour, Aránguiz, Eduardo Vargas y Mauricio Isla como pilares de la inercia entre el tiempo y el espacio.
España, por su parte, con la semilla por florecer. Los jóvenes de Celades firmaron su presencia en el plano mundial. Saúl, de lucero exclusivo en Atlético fue el abanderado de esta tropa que fulgura calidad. El Europeo Sub 21 nos brindó el brote total de Kepa, de Dani Ceballos, del propio Sandro, de Llorente, de Vallejo y Meré, mientras que Asensio y Deulofeu continúan anunciando que serán claves en el futuro de los gigantes Real Madrid y Barcelona.
Allí están entonces el presente y el futuro. Los segundos que se recuerdan más allá de haber perdido una final. Los subcampeones que tuvieron el mismo brillo que el campeón, aunque no hayan levantado el trofeo.
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| Chile, subcampeón Foto: Reuters |
Chile y los ilustres de su apogeo. El gran capitán Bravo, héroe ante Portugal, Medel y Jara son los bastiones de la resistencia, Vidal el líder natural y Alexis Sánchez la cuota de habilidad, forman la columna vertebral que describe la esencia de la impronta de la Roja sudamericana. Un equipo consolidado, que cultivó su jerarquía con la fuerza y el trabajo del sacrificio y las estrellas de una filosofía de juego fijada en el horizonte. A ellos, se le suman Marcelo Díaz, Beausejour, Aránguiz, Eduardo Vargas y Mauricio Isla como pilares de la inercia entre el tiempo y el espacio.
España, por su parte, con la semilla por florecer. Los jóvenes de Celades firmaron su presencia en el plano mundial. Saúl, de lucero exclusivo en Atlético fue el abanderado de esta tropa que fulgura calidad. El Europeo Sub 21 nos brindó el brote total de Kepa, de Dani Ceballos, del propio Sandro, de Llorente, de Vallejo y Meré, mientras que Asensio y Deulofeu continúan anunciando que serán claves en el futuro de los gigantes Real Madrid y Barcelona.
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| Saúl |
Chile y España, los segundos que sí serán recordados
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