(Entrevista) Roberto Rogel, pintado de Azul y Oro

Mientras en el mundo había una Guerra Fría, en Argentina se consolidaba un jugador de corazón caliente. En aquellas nostálgicas décadas donde el fútbol no tenía botines de colores, ni el acoso de la prensa, Roberto Rogel se destacó y escribió su historia. Fue un zaguero de traje, galera y bastón, que inspiraba e inculcaba respeto y pasión por la profesión. 

Desde sus Villa Jovita y Villa del Parque (Mendoza) natales arribó a La Plata para convertirse en Lobo, aunque su salto de calidad lo tuvo en Boca Juniors. Rogel estaba moldeado para pintarse de Azul y Oro: por sus características, su temperamento, su coraje y su vigor, ser "Xeneize" era parte de su destino inevitable. 

El "Conejo", que convirtió el primer gol de la Era Menotti en la Selección Argentina, habla de las transfiguraciones de época en Boca y en el fútbol en general, su huella como entrenador en  Vélez Sarsfield, el ascenso deportivo de México y Colombia y de la proyección de sus "pupilos". 

Roberto Rogel

A continuación sus mejores frases: 

Tras haber estado en Gimnasia de Mendoza, equipo de su provincia, y Gimnasia de La Plata, arribó a Boca Juniors, ¿qué fue lo que más le sorprendió cuando llegó en aquella época? Qué ha cambiado en Boca con el tiempo?

Cambios en cuanto a la pasión no hubo. Boca es único. Lo que sí se han dado son cambios propios de la sociedad en general.  

¿Por qué Boca Juniors es una institución que marca en todo sentido a jugadores y entrenadores que visten su camiseta?

El jugador siente y ve la trascendencia que tiene jugando en Boca. Con Boca uno es reconocido mundialmente.

Luego de haber ganado títulos, ser capitán, formar parte de equipos míticos en el club, ¿qué se siente ser parte de la historia grande de un equipo tan gigante como Boca? ¿qué siente haber dado la vuelta de campeón en el Monumental?

La satisfacción de la conquista de un título es enorme. Uno recoge el fruto de todo el esfuerzo y dedicación profesional y agrega la experiencia de todo el trayecto recorrido, valorizando los aspectos propios del juego y los humanos.  Como valor agregado, se dio la vuelta en la cancha del clásico rival.

¿Qué recuerdo tiene del peruano Julio Meléndez?

Julio Meléndez, exquisito back central y mejor persona. Le mando un abrazo gigante. 

ra él

Según su opinión, ¿quién es el mejor jugador de la historia de Boca?

La historia de Boca nos ha brindado cantidad de jugadores de gran nivel, algunos lo vivimos y otros no, por eso no se puede dar una opinión de quien ha sido el mejor. 

En Vélez usted inició el proceso con el equipo que luego fue campeón de Libertadores y de Intercontinental con Bianchi, a quien también dirigió. ¿Qué le causaron esos títulos ganados por gente amiga? Y ¿qué sensación le deja que jóvenes que usted hizo debutar como Pellegrino, Bassedas, Flores y Pompei, hoy sean entrenadores reconocidos en el mundo? 

Alegría. Siempre que gente amiga o que uno conoce le vaya muy bien causa alegría. Así esté en la profesión que se encuentre, no sólo en el fútbol. 

Usted jugó en México y Colombia, ¿cómo explica la gran evolución que han tenido estos país en sus ligas y selecciones? 

Siempre que se avanza es porque ha trabajado bien. Es el caso de Colombia y México. Nadie regala nada, todo hay que ganárselo.

En su momento, Julio Falcioni y Gustavo Alfaro han sido sus asistentes, ¿qué métodos cree que le “han copiado”?

Creo que ninguno. Los valores que infundan son propios de ellos y están jerarquizados de acuerdo a ellos. 

Entre jugar, entrenar y dictar clases en el fútbol, ¿con qué función se queda?

Pudiendo mantenerse dentro del fútbol uno está sçuper conforme, por lo menos para así lo siento.