Todos queremos volver a ver a Zlatan Ibrahimovic en las canchas. Su regreso tras una dura lesión es un reto para el jugador y un abrazo para sus aficionados.
Zlatan Ibrahimovic Foto: Getty Images |
Es una
de mis debilidades futbolísticas. A veces hasta sueño con Zlatan Ibrahimovic y
su memorable gol al NAC Breda. Esa manera de gambetear deja tontos a cualquier
defensor, como al cualquier espectador. Su regate elegantemente endemoniado, su
danza artística con el balón y su genio impredecible superan el termómetro del
clímax. Esa rebeldía imprudente que rompe los esquemas más blindados, las
premisas deportivas más absurdas, los movimientos más increíbles y los dribles
jamás inventados. Es show o nada. Es la verdadera esencia del fútbol como
espectáculo.
Me
gusta Zlatan porque no es un jugador de estadística. Tiene un registro goleador
maravilloso en cada equipo donde jugó, pero lo que seduce es su identidad como
jugador. Tiene una desfachatez infinita controlada por la magia de los cracks,
esos que necesitan solamente un pincel para pintar treinta cuadros. La
sensibilidad de sus pies se complementa con la delicadeza de su inteligencia.
Zlatan es un verdadero creador. Es creador de talento, de juego, de emociones,
de suspiros, de anhelos, de broncas.
Zlatan
dijo que volverá antes de que finalice 2017. Cae simpático que Mou lo esté
esperando, que haya hecho una especie de novela con Manchester, que bromee con
Lukaku, que se vea más fuerte. El sueco es una figura icónica del fútbol del
Siglo XXI. Repito, no es un jugador de cifras y valores congelados, es el
candor de la sangre en las venas de todos los niños que nos creemos jugadores
cuando se arma un picado.
Extrañando a Ibra
Reviewed by laprimeragambeta
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18:44
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