El volante argentino transita por la cumbre
más alta de su trayectoria. De la mano de Jorge Jesús, pelea firmemente su
lugar en el primer equipo de Sporting Lisboa y se codea con las grandes figuras
de la élite del fútbol mundial disputando Champions League.
Rodrigo Battaglia |
Miguel
Ángel Brindisi, una figura icónica del futbol argentino y más precisamente del
Club Atlético Huracán lo puso en la Primera División del “Globo” cuando tenía
19 años. Rodrigo Battaglia lucía el dorsal número 5 y demostraba rasgos que
demandaban atención. Parado en el círculo central repartía y repartía balones
con una admirable precisión y ejercía su sentido de la ubicación aplicando
consignas del pivote moderno. De tranco lento, su radio de juego y despliegue
era naturalmente distinguible. Aunque finalmente era apenas una aparición, un
proyecto a observar y seguir de cerca. Para 2011, Walter Perazzo, entrenador de
la Selección Argentina Sub 20, lo citó para el Sudamericano y también para el
Mundial a desarrollarse en Colombia. En esa plantilla se juntó con Juan Iturbe,
Erik Lamela, Germán Pezzella, Bruno Zuculini y Roberto Pereyra, entre otros.
Battaglia era el dueño de la medular.
Lastimosamente,
Huracán descendió de categoría y Battaglia, que se fijaba horizontes importantes,
se negó a renovar su vínculo con la institución tras un intento fallido de
subir a la máxima en el primer tiro. Sin jugar, su progresión parecía diluirse.
Pasó, con la carta de libertad a Racing Club, pero allí no encontró la
regularidad ni con Carlos Ischia ni con Reinaldo Merlo y en el mercado de
invierno europeo, recaló en Sporting Braga de Jesualdo Ferreira. Tuvo pocos
minutos en su primer semestre y, a su vez, el equipo cumplió con una flaquísima
producción en la Primeira Liga. Braga lo cedió por una temporada y media al
Moreirense y con Miguel Leal como entrenador, cosechó varios minutos como
titular.
Tal fue
su atrayente realización que Rosario Central solicitó sus servicios para
comienzos de 2016. Pero en el “Canalla” su paso fue fugaz y debió retornar, con
más penas que glorias al Braga. Un nuevo préstamo al Chaves lo catapultó y con
seis meses fantásticos gracias a la confianza de Jorge Simao (donde pulió su
llegada a la meta rival), retornó al Sporting para rematar el curso en 2017.
Fueron 16 partidos como inicialista, donde marcó los compases del onceno y allí
conquistó los ojos de Jorge Jesús. El 30 de abril en el Estadio Municipal,
Sporting Lisboa derrotó a Braga 3 a 2 y Jesús quedó entusiasmado con el
argentino.
Para la
naciente temporada, depositó más de 4 millones de euros por él y firmó un
contrato por cinco años en un grande de Europa. La carrera de Battaglia parecía
estancarse tras erróneas pasantías en Argentina y de ronda en clubes modestos
de Portugal, se catapultó para volver a escribir la historia que comenzó cuando
lo catalogaban como promesa. Su consagración total depende de él.
Rodrigo Battaglia relanza su proyección en Lisboa
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