El mediocampista es uno de los grandes símbolos del River megacampeón post 2011. Valores, identidad, temple y claridad. Así juega adentro, así juega afuera.
Leonardo Ponzio Foto: Diego Haliasz / Prensa River |
Cuando
en Enganche, suplemento deportivo
del jornal argentino Página 12, le preguntaron a Leonardo Ponzio qué sería de
su vida después del retiro, el santafesino contestó que no se imagina como
entrenador y recalcó a la figura de Monchi como un espejo para continuar en el
mundo del fútbol y en el mundo de River Plate. “Que llegar a River cueste. En eso quiero ayudar”, expresó Ponzio,
el reflejo del caudillo que sobrevivió los malos tragos de la Primera B
Nacional y los licores más dulces al coronarse campeón de la Copa Libertadores
con el Millonario. Pero además de las conquistas, escogió como modo de vida el
acompañamiento familiar, el bajo perfil y la humildad de los sacrificios. A
Ponzio le costó ser Ponzio.
Con 35
años y más de cuatrocientos y tantos partidos como profesional, Ponzio es un
futbolista de tan solo tres clubes. Su Newell’s nativo y formador, el Real
Zaragoza, su emblema en Europa, y River, el equipo por cual decidió finalizar
su trayectoria en la élite española para contribuir con en el regreso del
abismo. Este vínculo explicita los deseos del jugador de no dejarse empañar por
las luces de la fama, el dinero y el descontrol mediático que se desprenden de
las carreras. Demostrando en silencio el amor a la camiseta, el coraje ante la
adversidad (deportiva) y la fortaleza de los valores, se metió tímidamente en
la vitrina de los grandes ídolos de la institución. Quizás él no lo sepa.
Quizás él no lo quiera. Pero así es.
Existió
una etapa en el mundo del fútbol donde se convertía en caudillo quien lideraba
el respeto total de los miembros del equipo y trasladaba ese respeto hacia el
rival. Otra manera de ser caudillo se cimentaba al vivir en el club las buenas
y las otras: superar los años y mantener un nivel de clímax individual,
colectivo y de empatía con la hinchada. Claramente, desde lo futbolístico,
caudillo es el patrón, el guía del temperamento, el arquetipo de la idiosincrasia
que se quiere plasmar. En este River multiganador, con Gallardo y también con
Ramón Díaz, Ponzio se constituyó como alma. En estas premisas del caudillo, más
vintage que moderno, Ponzio jamás zozobró.
Ponzio, el reflejo del caudillo
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