El delantero de River Plate no tiene techo. Es una garantía en el ataque "millonario" y busca guiar nuevamente al equipo hacia una nueva corona en Copa Libertadores.
Viven menos de 15 mil personas en Tostado, su pueblo en el norte de la provincia de Santa Fe, una región totalmente centralizada en la capital y en Rosario. De allí surgió un talento nato: un 9 de otros tiempos en estos de modernización. Lucas Alario no dejó de ser el muchacho de su ciudad a pesar de tener las luces del estrellato presionando su serenidad. Alario es de esos delanteros que no abundan: esos delanteros que sólo hablan con goles.
Le costó asentarse en la Primera de Colón. Le decían que tenía todas las condiciones, pero que no la metía, que le faltaba destaparse, que necesitaba tener más confianza en sí mismo. Afrontó una etapa difícil en un "Sabalero" adaptado a la élite, que en la readecuación del fútbol argentino para formar el peculiar certamen de 30 equipos debió jugar en la B Nacional. Allí fue que Alario despegó y comandó el regreso del club a la máxima división. Alguna vez Marcelo Gallardo dijo que en Argentina cada vez hay menos jugadores capaces de desempeñarse en alto nivel en River Plate. Y el "Muñeco" fue a buscar a Lucas Alario. Lo fue a buscar para ganar una negada Copa Libertadores y el atacante convirtió en la semifinal y en la gran final ante Tigres de México en el Monumental. De esta manera inició su era. Parecía destinada a ser un ídolo.
En dos años, Alario ha marcado 42 goles en River entre Liga, Copa Argentina (goleador en la conquista de 2016), Copa Sudamericana y Mundial de Clubes. Además, en este presente de figuras argentinas en el mundo y fantásticos delanteros en los equipos más poderosos del planeta, se ganó un sitio en la Selección Argentina.
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| Lucas Alario |
Le costó asentarse en la Primera de Colón. Le decían que tenía todas las condiciones, pero que no la metía, que le faltaba destaparse, que necesitaba tener más confianza en sí mismo. Afrontó una etapa difícil en un "Sabalero" adaptado a la élite, que en la readecuación del fútbol argentino para formar el peculiar certamen de 30 equipos debió jugar en la B Nacional. Allí fue que Alario despegó y comandó el regreso del club a la máxima división. Alguna vez Marcelo Gallardo dijo que en Argentina cada vez hay menos jugadores capaces de desempeñarse en alto nivel en River Plate. Y el "Muñeco" fue a buscar a Lucas Alario. Lo fue a buscar para ganar una negada Copa Libertadores y el atacante convirtió en la semifinal y en la gran final ante Tigres de México en el Monumental. De esta manera inició su era. Parecía destinada a ser un ídolo.
En dos años, Alario ha marcado 42 goles en River entre Liga, Copa Argentina (goleador en la conquista de 2016), Copa Sudamericana y Mundial de Clubes. Además, en este presente de figuras argentinas en el mundo y fantásticos delanteros en los equipos más poderosos del planeta, se ganó un sitio en la Selección Argentina.
Alario, el goleador del silencio
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