La
historia se repite otra vez. La vida fue un segundo para el Mengao en la Copa
Libertadores: perdió increíblemente ante San Lorenzo y al igual que en 2014, donde
se había rotulado como gran candidato al título, fue eliminado en la fase de
grupos.
Flamengo
no puede. Ni con históricos del fútbol brasilero como Juan y Diego. Ni con inversiones
millonarias en Paolo Guerrero y Orlando Berrío. Ni con contratos elevados para jugadores
de recorrido internacional como Réver, Rómulo, Ederson, Leandro Damiao. Ni con
la jugada, momentáneamente invisible, de Darío Conca. Ni con la presencia extranjera
de Donatti, Cuéllar y Mancuello. Este gigantesco y clamoroso equipo de
Sudamérica, nuevamente defraudó en la Copa Libertadores.
Irremediablemente
era favorito por historia y actualidad. Por nómina y presupuesto era el claro candidatazo
al trofeo pero las fisuras en el camino volvieron a aparecer para el cuadro
carioca y cayó en un conocido tropiezo. Flamengo verificó por enésima vez, que
entre el favoritismo y el fracaso hay una delgada línea y también ratificó que
el tiempo es tirano y socarrón ante las posturas petulantes y jactanciosas.
Ganar todo de local y perder todo de
visitante es una simetría peligrosa en la versátil y tornadiza Copa
Libertadores. Y a pesar de tener el dulce en la boca durante 92 minutos, el volante Fernando Belluschi lo bañó fríamente de humildad. Por ello se consumó el fiasco: por creer que la etiqueta supera
la realidad.
Flamengo y la delgada línea entre el favoritismo y el fracaso
Reviewed by laprimeragambeta
on
9:27
Rating:
No hay comentarios: