Tras consagrarse como una institución estable
en el fútbol argentino, Belgrano de Córdoba atraviesa una dura crisis, devenida
por la salida de Ricardo Zielisnki, el mismísimo padre de la criatura.
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Belgrano de Córdoba |
Durante
cinco años Ricardo Zielinski trabajó para lograr una identidad en Belgrano de
Córdoba. Anteriormente, una sucesión de entrenadores caían en filita por no
lograr entablar un trabajo serio, silencioso y a largo plazo que sacara al Pirata de la B. Caminando a la par de
los resultados, el “Celeste” enfiló una racha de victorias en el tramo final de
la temporada 2010/11 y alcanzó aquella promoción histórica ante River Plate,
que se convertiría en el suceso más importante en la cronología de la
institución. El “Ruso” encabezó la
proeza y así revitalizó el proceso.
El
equipo salía de memoria: Olave, Turús, Chiqui
Pérez, Lollo, Tavio; Mansanelli, Ribair Rodríguez, Farré, Maldonado; Franco
Vázquez y el Picante Pereyra. Esa
base, netamente pragmática en su idiosincrasia llevó a la consolidación de una
táctica, a la conservación de la misma en cuanto a lo nominal (en la actualidad
Farré sigue siendo el gran capitán) y posicional, a la creación de una
impronta, a la generación de un ADN, quizás poco vistoso para algunos pero que finalmente era efectivo y se adecuaba
a las necesidades. Uno de los grandes
pavores para el resto de equipos, grandes y chicos, era ir al Kempes a visitar
a Belgrano. El conjunto “Celeste” había hecho de Córdoba un fortín y los
pilares bajados desde el cuerpo técnico eran claros, claves e intocables:
trabajo, disciplina y unión. De esta manera Belgrano se mantuvo en la élite.
Con esta forma, el Pirata estuvo en la parte alta de las tablas en los
campeonatos siguientes. Con los métodos de Zielinski es que Belgrano nutrió
plantillas de Boca, de River, de Racing y logró su venta más millonaria con el Mudo Vázquez para luego reforzarse con
jugadores que cumplieran las premisas del DT (Caso Velázquez).
Con la salida de Zielinski la herencia se
derrumbó, a
pesar de que se intentó continuar el legado con un hijo de la casa. En su
primera experiencia a nivel profesional, Esteban
“Teté” González no pudo proseguir la mística: afrontar doble competencia
terminó siendo un factor negativo para una nómina corta, amoldada bajo un
presupuesto limitado. Teté duró escasos cuatro meses y arribó Leonardo Madelón,
que venía de un proceso idéntico al de Zielinski en Unión de Santa Fe con un
modelo de juego similar. Pero Madelón no logró adecuarse y los malos resultados
lo quitaron de su cargo. Sebastián Méndez asumió el fierro caliente y las cosas mucho no
han cambiado.
Hoy el
conjunto cordobés se encuentra 29º en el peculiar torneo de 30 de Argentina.
Apenas ganó tres partidos en 25 presentaciones y perdió doce. Tiene solamente 19
unidades y es el equipo que menos ha ganado en la temporada. Y así,
inesperadamente, han desfilado tres entrenadores en una temporada en Belgrano,
luego de un proyecto de cinco años con el mismo timonel.
La depresión de Belgrano post Zielinski
Reviewed by laprimeragambeta
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15:24
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