Hablarán de Bayer Leverkusen

Bayer Leverkusen tiene matices para ser un equipazo de aquí a una o dos temporadas. Hay materia prima y un buen entrenador como Peter Bosz.

Foto: Bayer 04 - Twitter Oficial

Cuando se conectan Kai Havertz, Julian Brandt y Leon Bailey, Bayer Leverkusen adquiere un ritmo en 3/4 de campo de un equipo top europeo. Aún más si se suma Mitchell Weiser en la banda derecha. En la defensa, Jonathan Tah asoma como el gran líder. Kevin Volland y Lucas Alario se perfilan como grandes centrodelanteros en el ingreso a su real etapa de madurez y el arquero finlandés Lucas Hradecky es una garantía absoluta para custodiar la meta. Están los hermanos Bender, el polifuncional defensivo Tim Jedvaj y el destello del famoso lateral brasilero que incorpora Wendell a la mecánica. Bayer Leverkusen tiene esa mezcla tan deseada entre jóvenes y veteranos, ese revoltijo de seriedad y desfachatez tan necesaria para conseguir cosas grandes.

Es una plantilla con mucho futuro porque tiene el presente para idearlo. A pesar de que Kravetz (19) ya es seducido por Bayern Munich, a Bailey le coquetean desde la Premier y otros rumores que puedan llegar a molestar, Bayer Leverkusen tiene un material óptimo para sentarse a conversar en la mesa del mismo Bayern y de Borussia Dortmund. En este escenario promisorio, surge el estratega holandés Peter Bosz, el gran entrenador que llevó a Ajax a la final de la Europa League en 2017. Un formador, un idealista de la escuela más atractiva de Europa, que busca su revancha en la Bundesliga. Exégeta del 4-3-3 en el molde y un libertinaje para la dinámica, Bosz fue el llamado a explotar las mil virtudes de todos los futbolistas mencionados.

Dentro de esa mezcla expresada, está Charles Aránguiz. El chileno es de esos jugadores que uno siempre quiere en su equipo. Tiene características determinantes para el intercambio de pausa-vértigo del fútbol alemán y son pocos los reconocimientos a este buen futbolista, quizás algo infravalorado. Los que juegan cuando hay que jugar y los que hacen el trabajo sucio cuando hay que hacerlo: así es Aránguiz, ese coctel entre calidad y voluntad.

Luego del 3-1 a Bayern Munich, hablarán mucho más del Bayer Leverkusen.