Cuando Boavista destronó el totalitarismo en Portugal

Previo al “Silbato Dorado”, Boavista Futebol Clube se impuso como uno de los dos equipos que fue campeón de la Liga portuguesa además de Benfica, Porto y Sporting. Los Ajedrezados derrocaron una tiranía de 55 años y junto al Belenenses, hacen parte del minúsculo podio revolucionario. 


En la primera temporada originada en el nuevo milenio se quebraría un extenso período donde Benfica, Porto y Sporting ejercían un control integral en Portugal. Los equipos lisboetas y el portista se alternaban los títulos ligueros y su dominio era prácticamente inquebrantable. Desde la profesionalización del deporte en 1934 hasta el 2000, apenas Os Belenenses en el ’46 logró el hito de arrebatarles el trofeo a los tres mosqueteros.

Un personaje clave en la historia de Boavista fue Valentim Loureiro, ex presidente de la institución y posterior mandamás de la Federación, que luego se vería involucrado en el Silbato Dorado, un escándalo de sobornos en el fútbol portugués que envolvió a las Panteras, a Porto y a Uniao Leiria. Ya en la década del ’90 Boavista se había hecho fuerte a nivel local e internacional, ganando algunas Copas locales, disputando la extinta UEFA y produciendo talentos nacionales como el golero Ricardo, el volante Petit y el delantero Nuno Gomes, pero tras el evento de corrupción señalado, Boavista llegó a disputar la tercera división enmarcado en una profunda crisis económica y administrativa y recién regresó a la élite en 2014.

La dorada culminación del proceso previo, fue el torneo ganado en la temporada 2000/01. Conducido tácticamente por Jaime Pacheco, el conjunto Ajedrezado se impuso por un punto a Porto, su rival regional y se coronó épicamente como el gran campeón de la Primeira Liga. Boavista sumó 77 puntos, producto de 23 partidos ganados, ocho empatados y apenas tres perdidos en 34 encuentros disputados. La valla de Ricardo Pereira resultó como la menos vencida y así se desató la revuelta “blanquinegra”.

A la presencia de Ricardo, guardameta insignia de la Selección, el cuadro de Pacheco contaba con una línea defensiva de nivel: Litos (ex Málaga), el ídolo Rui Bento, un jovial Pedro Emanuel (luego figura en Porto) y Nuno Frechaut, que ante sus grandes actuaciones con las Panteras fue citado al Mundial del 2002. A este cuarteto consolidado, se le sumaron el vigente Jorge Couto, Petit (otro internacional luso) como eje en el círculo central, la figura del boliviano Erwin “Platini Sánchez, símbolo del club y el tridente letal que llegaba desde Brasil compuesto por Duda, el goleador Elpídio Silva y Wheliton.

En la Liga de Campeones del período siguiente, Boavista superó la primera ronda despachando a Borussia Dortmund y Dinamo de Kiev, pero en la segunda fase grupal cayó contra Manchester United y Bayern Munich y se despidió cumpliendo un buen papel. Además, en la temporada posterior arribó a semifinales de la Copa UEFA y allí cumplió el tope de sus expectativas.

Y como profesan los adagios, entre la gloria y el abismo hay apenas un hilo y en 2008, el elenco de Oporto fue descendido a la Liga da Honra por sobornos y Valentim Loureiro y su hijo fueron judicializados. El equipo siguió en descenso y afrontó Campeonato Nacional (tercera división) durante varios años hasta que retornó a la élite hace un par de temporadas.

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