Hedwiges Maduro y los tiempos efímeros

El holandés ha tenido un recorrido futbolístico de altas y bajas. Su trayecto ha sido de mayor a menor y desde ser considerado uno de los talentos mundiales en su juventud, ahora, en el ocaso de su trayectoria, incursiona en la Superliga de Chipre.

Maduro (6) con Holanda

A sus 32 años, cuando podría estar en la plenitud de su veteranía y jerarquía en las grandes ligas, el volante holandés fichó por el Omonia Nicosia de Chipre. Varios obstáculos en su trayectoria no permitieron el despliegue total de todo su potencial. Llamado a ser uno de los mediocentros defensivos del futuro, las decisiones tomadas por él y su entorno, quizás no fueron atinadas. Siendo titular en Ajax, integró la nómina ‘naranja’ para Alemania 2006 y luego fue una pieza clave en el trofeo de Holanda en el Europeo Sub 21 de 2007. Maduro tuvo la opción de escoger y decidió ir a toda velocidad, estrellando su promisoria

Posiblemente no haber renovado su vínculo con Ajax y ser separado del primer equipo para firmar con Valencia en el invierno de 2008 haya sido un punto de quiebre en su vida. Maduro salió del confort del hogar y pasó a la inestabilidad del equipo dirigido, por ese entonces, por Ronald Koeman. El mediocampista era uno de los mayores talentos de la cantera de Amsterdam y el triunfalismo le llegó en un abrir y cerrar de ojos. En un corto lapso de haber debutado en Eredivisié, Marco Van Basten lo llevó al seleccionado con 20 años recién cumplidos en un medio donde todavía jugaban históricos como Phillip Cocu, Mark Van Bommel y su compañero Wesley Sneijder.

Llegado a España, Maduro jugó en el remate de aquella temporada donde los “Che” finalizaron décimos, pero ganaron la Copa del Rey ante Getafe. En el curso siguiente, Unay Emery no contó con el neerlandés en sus planes prioritarios. En lo que debió ser su año de consolidación, pasó a ser un hombre de rotación e incluso fue desplazado de su posición natural para obtener minutos. Tal desdoblamiento convenció a Emery, quien lo situó en la titular en el tramo final y Valencia alcanzó, al menos, una clasificación a Europa League. Eran momentos donde grandes iconos de la institución como Rubén Baraja, Vicente, Albelda, Marchena, Moretti o Curro Torres ingresaban ya en la pendiente baja de sus vidas deportivas, de acuerdo a su edad.

La estancia de Maduro en Valencia iba en ascenso acorde a lo que el equipo figuraba en el plano doméstico y europeo. Y Emery obtuvo un maravilloso tercer puesto en la temporada 2009/10 que regresó al club a la Champions League. Allí, Maduro cumplió un papel secundario siendo situado como marcador central y hasta de lateral por derecha. Estos serían un síntoma de lo que vendría: Hedwiges Maduro ya no volvería a contar para Emery y tras un año con escasos minutos, partió a Sevilla con la libertad de acción. Pero otro punto de quiebre trastocaría los planes del volante: los médicos sevillanos le detectaron una mal formación congénita en el corazón, que finalmente no alteró su estadía en el club.

En el Nervión tuvo a Míchel como entrenador y a pesar de tener una primera temporada con titularidades y suplencias, emigró a Grecia en el siguiente mercado de fichajes cuando Emery arribó a Andalucía. Llegó a un PAOK eterno subcampeón del Olympiakos y no se adueñó de la titular. Completamente descartado en la Selección y con su carrera cuesta abajo, volvió a la Eredivisie para jugar con Groningen: fue inicialista en un primer año, pero en el segundo cedió su puesto. Por ello, para el naciente período firmó con el Omonia Nicosia chipriota y así casi que confirma una máxima del futbol y de la vida: “Lo que rápido llega, rápido se va”.


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