Messi, la urgencia y la soledad

Argentina se encuentra en un estado crítico en la Eliminatoria Sudamericana cuando resta apenas una fecha y la posibilidad de un Mundial sin Messi es una realidad cercana.



Una de las más populares líricas del cancionero rocanrolero argentino reza: “Hay una guerra entre dos por ocupar el mismo lugar: la urgencia o la soledad”. Inmediatamente puede trasladarse tal anuncio al contexto de la Selección Argentina luego de empatar con Perú y caer al sexto puesto de las Eliminatorias Sudamericanas. En la histórica, regañada y candente La Bombonera, la Albiceleste volvió a padecer dos síntomas que atravesaron su camino en toda la competición: la ineficacia y el mal juego. Lionel Messi fue el abanderado del compromiso y el único elemento determinante en la gestación, en la creación y en la definición, pero fue escasamente acompañado.

Se acudió a la mística de un estadio como si fuera la solución a un año bochornoso en lo futbolístico. Ni Edgardo Bauza ni el naciente proyecto de Jorge Sampaoli, dos entrenadores completamente discordantes en sus relatos y visiones deportivas, ha sabido exprimir el potencial de una generación que parece desgastada. Igualmente, el recambio que propusieron tampoco respondió (a excepción de Lucas Pratto). El empalme entre los DT, al igual que la transición Martino-Bauza, ha sido un causante explícito del desorden, la nula capacidad resolutiva de los que toman decisiones y un desequilibrio desmedido de entrenamientos, figuras tácticas, identidades, idiosincrasias.

Y así fue que pasaron las fechas, entre vaivenes convertidos en tormentas.  Y de no ser por la conveniente irregularidad que trazó esta Eliminatoria, Argentina iría a Quito solo para cumplir con el calendario.

Mi corazón vomita su verdad
                                
El periodista argentino Matías Bustos Milla resumió en 180 caracteres tres años catastróficos para el fútbol argentinos antes del partido: De la final 2014 a hoy pasaron 4 DT´s, 4 presidentes de AFA y casi 100 citados. Se perdieron 3 finales, un JJ.00 y dos Mundiales Sub 20. El desalentador panorama administrativo y deportivo abrió una herida no cicatrizada tras caer ante Alemania en el Mundial de Brasil aumentada por las derrotas ante Chile en dos Copas América. En este marco es que Argentina convivió su proceso clasificatorio a Rusia: sin directivos competentes, sin entrenadores fijos y por ende, sin jugadores idóneos para encabezar una nueva ilusión.

No te dejo encontrar tu naturaleza divina

¡Por favor ayuden un poco al 10! Está solito, remando contra todas las contrariedades, desencantos y decepciones de su intachable e incuestionable trayectoria que están todas recostadas en su andar por la Selección. Desde su debut en 2005 ha tenido una ascendencia en el equipo en todas las facetas. Se bancó ser suplente en los cuartos de final de un Mundial (2006 ante Alemania) con Pékerman, secundar a Riquelme en tiempos de Basile, cargar con el peso de ser dirigido por Maradona, frustrarse con Batista, reencontrarse con Sabella, ser capitán y liderar al país hacia una final del Mundo, perder dos finales continentales, retirarse, volver, lesionarse. Messi es el mejor del mundo y en la Selección también lo demuestra. Se cargó y se carga la patria al hombro y algunos se enfrascan en compararlo con Diego, en comparar Argentina con Barcelona, en comparar todo con todo, todo con nada, nada con nada. Desde la salida de Martino, Messi no encuentra un socio. Ni los multigoleadores en Europa ni los de Boca o los de River, ni los megacracks de Champions League. El problema conceptual es el rodeo a Messi. A Messi no hay que rodearlo con jugadores que "posiblemente" se amolden a su juego, a Messi hay que dejarlo ser.  

Suplicando ternura

Argentina tiene una vida más. Por las combinaciones de otros resultados (las increíbles victorias de Paraguay ante Chile y Colombia; el triunfo de Bolivia a Chile) aún depende de sí misma al menos para alcanzar un repechaje. Quito será la última parada y se padecerá la lucha entre la obligación y la necesidad, la urgencia contra la soledad. Habrá que hacer cuentas, escuchar la radio limeña, la chilena y la guaraní, pero ganando y solo ganando, derribando cualquier paradigma moderno, fundamentalista de la disertación poética sobre las maravillas del futbolín, estaremos en Rusia.


Por las noches la soledad desespera..



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