Decepcionante debut de la Argentina de Messi ante una estoica Islandia

En su debut mundialista, Islandia realizó una nueva proeza: empató 1 a 1 ante la Argentina de Messi y escribió otra página dorada en su historia. Agüero abrió el marcador para la ‘Albiceleste, pero Finnbogasson lo igualó rápidamente. En el complemento, el 10 argentino falló un penal.

Foto: FIFA World Cup

Las cosas fueron claras como se preveía: Argentina con la tenencia completa del balón y dueño único de la iniciativa e Islandia con el broquel defensivo y la disposición única al juego directo. Y los frutos se ambos estilos se vieron en el anotador: Sergio Agüero, sobre el minuto 19, se construyó su propio gol con un pivoteo, aguante y giro tras descarga de Rojo, recordándonos su mejor forma en Manchester City. Aunque la alegría duró poco, ya que a los 23, Finnbogasson aprovechó una cadena de errores defensivos de sus rivales y liquidó a Caballero tras un rebote que el mismo golero entregó. Así, en menos de cinco minutos, Argentina volvió a mostrar que es una fiel oda al desequilibrio.

El grito islandés caló hondo y la herida supuso una descomposición profunda en el sistema de Sampaoli. Entregarle la pelota a Messi era el fin y después ver qué pasaba. Los medios que Argentina buscó para imponerse fueron blandos, con suma escasez imaginativa, temperamental o competitiva. Por ello, la telaraña de Islandia se afianzó y el unido trajín de jugadores como Hallfredsson, Gunnarsson, Bjarnason y Saevarrson se enalteció.  

En la segunda parte, fue un monólogo argentino. Sin embargo, el fútbol de posesión fue cansino, apático y carente de profundidad. El toqueteo pendular fue inmensamente intrascendente: los desplazamientos del balón no fueron convincentes para agrietar la solidez defensiva ‘vikinga’. El conjunto de Hallgrímsson plantó el batallón táctico, rocoso y físico que enredó los recurrentes planes ‘albicelestes’.

El portero Halldórsson realmente no fue exigido, pero tuvo una aparición imperial en el momento indicado. Luego de un envío aéreo cruzado, Maxi Meza cayó en el área en un forcejeo habitual y el juez cobró penal. Messi se hizo cargo, pero Halldórsson voló hacia su costado derecho, tapó el cobro y revivió fantasmas en el 10. El impacto anímico fue mínimo, porque Argentina retomó su carga. Messi, con Banega, tuvo mayor consistencia para cargarse la patria al hombro y, con remates lejanos, intentó una negada épica. Cristian Pavón fue, en pocos minutos, un elemento desequilibrante y también tuvo su ocasión, también bien tapada por Halldórsson. Ya en el trayecto final, la desesperación anuló las intenciones de Argentina y el gran premio se lo llevó Islandia.