El Hertha Berlín que le gusta a la gente

Conducido por Pál Dárdai, el ídolo máximo de la institución, este Hertha Berlín entusiasma. Tras varios vaivenes entre descensos y ascensos, el equipo de la capital volvió a consolidarse en la élite, ha conseguido dos clasificaciones consecutivas a la Europa League y va por más.

Pál Dárdai
Foto: Sportsnet - Canadá
Fueron casi 400 partidos en los 14 años que el húngaro Pál Dárdai defendió los colores de Hertha Berlín en las canchas. Cuando se retiró, no podía abandonar su hogar y fue encomendado para las divisiones menores de la institución. Como hijo fiel, Dárdai vivió las buenas y las otras en la capital. Tuvo las mieles del éxitos y las zozobras profundas de los ascensos y descensos entre 1997 y 2011, así como la cumbre mayor del doblete copero de la DBF Pokal. Pocos como Dárdai para comprender el mandato histórico reciente de Hertha y comandar un proyecto de paciente estructura largoplazista que no se desentienda de las urgencias del presente.

En febrero de 2015, Dárdai sustituyó al holandés Jos Luhukay tras una breve pasantía en la selección de Hungría (sólo dirigió 7 partidos). Salvó al equipo del descenso y se apropió definitivamente del banquillo. Ya para la temporada 2015/16, logró un inmenso séptimo puesto donde revivió Salomon Kalou (14 goles y 7º goleador de Bundesliga) con viaje a Europa League incluido; y en el último período trepó un puesto más en demostración que el trabajo sí paga.

El húngaro cimentó un rocoso 4-4-2 ávido para el despliegue del 4-2-4. El noruego Rune Jarstein se adueñó del pórtico y regresó incluso a la titularidad de su selección. En defensa, la pareja Langkamp-Brooks se consolidó a extraordinarias escalas y los canteranos de Nürnberg Marvin Plattenhardt y Niklas Stark surgieron para la Die Mannschaft, al igual que Mitchell Weiser: uno ganó la Copa Confederaciones con la Mayor y los dos últimos lograron el Europeo Sub 21. Justamente el gran traspaso de esta ventana para Hertha fue la del estadounidense John Brooks quien pasó a Wolfsburgo por 17 millones de euros. Con ese monto, Dárdai incorporó a su reemplazo (Karim Rekik), a un atacante (Davie Selke) y a un extremo (Matthew Leckie) para rubricar la idiosincrasia de su onceno. Una gran obra propia de Dárdai fue el complemento de los los volantes tapones Skeljbred y Darida. Son eficaces, temperamentales, estratégicos y despliegan su jerarquía y trayecto internacional en la medular, mientras que el recambio en los extremos que compusieron Kalou, Valentin Stocker, Genki Haraguchi brota para alimentar al bosnio Ibisevic y Alexander Esswein.

Ilusiona este Hertha. Y más aún tras el gran debut en Bundesliga venciendo 2 a 0 a Stuttgart. Ilusiona, además, que Dárdai lo comande. Tras las sensaciones que han generado en los últimos tiempos Wolfsburgo, Hoffenheim y Leipzig en el marco del retroceso de Hamburgo, Werder Bremen y hasta Schalke 04, el equipo de Berlín puede entrometerse en la disputa por los primeros cinco puestos.

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