Siete equipos que disputan el peculiar torneo de 30 de la Primera División cayeron ante rivales de otras categorías en los 32 avos de final de la Copa Argentina.
A la fecha (12 de junio), 23 clubes de la máxima división del fútbol argentino han afrontado su serie de 32 avos de final de la Copa Argentina, el evento que reúne a siete categorías del fútbol profesional del país, y siete de ellos han perdido con rivales de menor jerarquía. El caso más rimbombante fue el de Estudiantes de La Plata, un tetracampeón de Copa Libertadores que cayó ante el modesto Pacífico de General Alvear de Mendoza, un equipo más dentro de los cientos que afrontar la cuarta división del fútbol del interior.
Cada partido es una historia y Pacífico vivió el choque ante el Pincha como el más importante de la suya. Seguramente para Estudiantes fue un juego más en su exitosa cronología, un encuentro de paso que no trastocaría su andar en la Copa Argentina 2017 porque, a fin y al cabo, era un duelo de celebridades contra albañiles, un cartero y dos preceptores de colegio, tal como se conocerían los cargos que ejercen los futbolistas de Pacífico "cuando no son futbolistas". En cambio, el jugador de Estudiantes, como la mayoría de los que disputan la Primera y también la Segunda división, puede vivir del deporte y son privilegiados por disfrutar de la profesión que aman. Por ello, además de sobresaltar el triunfo del barrio y el potrero ante la indolencia y la arrogancia de quien se aburguesó, apunto que la esencia natural del fútbol venció al conformismo profesional.
Es que Pacífico de General Alvear ni siquiera depende de la AFA. El vínculo que la tradicional institución mendocina tiene con el ente rector supremo del fútbol argentino se cablea por intermedio de un Consejo Federal. Más de tres mil clubes a lo largo y ancho de la nación dependen de este Consejo y su peso para las decisiones administrativas , definitivamente es nulo ante el notorio poder de Estudiantes y otros clubes porteños, bonaerenses y santafesinos. Pacífico juega el Torneo Federal B (4º div del Interior) con otros 129 rivales por subir al Federal A, donde sólo ascienden ¡3 equipos!. Pacífico disputó tres fases previas antes de enfrentar a Estudiantes en los 32 avos. Pacífico es un equipo de pueblo que aún se sostiene con la escasa venta de entradas, con torneos de truco, alguna choripaneada y seguramente no tienen más de treinta pelotas para entrenar. El dirigente de Pacífico es un trabajador de a pie que no negocia con empresarios ni maneja millones. El hincha de Pacífico quizás sea también fanático de otro equipo y sufre viendo, en la evidente lejanía de la televisión, a Boca o a River para sentirse parte de una universalidad lógica. Entonces, ¿cómo no exigir un baño de humildad a los muchachos de Primera? ¿cómo no pedir que salgan de sus fantásticas burbujas de discutible superioridad y dejen de mirar por encima del hombro al resto? ¿cuando entenderán que más allá de los nombres, los números y los colores, tienen once tipos con hambre de ser lo que ellos son? Porque sin dudas, los muchachos de Pacífico soñaron con vestir la camiseta de Estudiantes o de Gimnasia, o de Newell's o Racing y desearían, en un concepto erróneo o acertado según la visión de cada quién, haber tenido la plata, la fama y el resto de vulgaridades y vanidades que sí poseen, en este caso, los vencidos.
La amplia magnitud que tomó la Copa Argentina en el continente se evidenció el año pasado cuando River y Boca necesitaban ser campeón de "algo" para entrar en la Libertadores. Sin embargo, la Copa es, definitivamente, el evento futbolero más natural y real de Argentina porque desnuda las verdades más mundanas del país en un nivel cuasi hermano de la pugna entre unitarios y federales en el Siglo XIX. En este marco la Copa Argentina recorre minuciosa y precisamente la diversa geografía desenmascarando las innumerables idiosincrasias, las singularidades, las peculiaridades de cada región. Cada equipo, con su puntual mandato histórico, representa distinguidos rasgos a nivel colectivo e individual y se separa de su contrincante de turno más allá de lo que acontezca en la cancha. (Siendo iguales somos tan diferentes)
Pacífico no fue el único atrevido en esta fiesta copera que cataloga a varios como un ilustres anónimos. Deportivo Riestra, que hace cinco años estaba en el subsuelo de la Primera D borró a Tigre por penales, al igual que Gimnasia de Mendoza que hizo lo propio ante Quilmes por la misma vía. El humilde Sacachispas, un colorido conjunto de Villa Soldati, sacó a Arsenal en el mejor año de su vida (también logró su primer ascenso a la tercera división de la región metropolitana). Además, el emblemático Deportivo Morón eliminó a Patronato de Paraná, Defensores de Belgrano sorprendió a Gimnasia de La Plata y Atlanta goleó sin objeciones 3 a 0 a San Martín de San Juan. Todos ellos juegan en la tercera categoría en el escalafón divisional de Argentina (Gimnasia de Mendoza en el Federal A) y superaron a quienes están, con sus diferentes contextos, en Primera.
El famoso torneo de 30 equipos parece que achicó la brecha entre "élite y resto" y si eso es bueno o es malo cada cual podrá ejercer su derecho de libre expresión. Aunque resulte tonto volver a remarcárselo a los tontos, en el fútbol no se gana con la historia ni con los títulos, ni con las figuritas del álbum, se gana en el pasto metiendo más goles que el otro.
A la fecha (12 de junio), 23 clubes de la máxima división del fútbol argentino han afrontado su serie de 32 avos de final de la Copa Argentina, el evento que reúne a siete categorías del fútbol profesional del país, y siete de ellos han perdido con rivales de menor jerarquía. El caso más rimbombante fue el de Estudiantes de La Plata, un tetracampeón de Copa Libertadores que cayó ante el modesto Pacífico de General Alvear de Mendoza, un equipo más dentro de los cientos que afrontar la cuarta división del fútbol del interior.
Cada partido es una historia y Pacífico vivió el choque ante el Pincha como el más importante de la suya. Seguramente para Estudiantes fue un juego más en su exitosa cronología, un encuentro de paso que no trastocaría su andar en la Copa Argentina 2017 porque, a fin y al cabo, era un duelo de celebridades contra albañiles, un cartero y dos preceptores de colegio, tal como se conocerían los cargos que ejercen los futbolistas de Pacífico "cuando no son futbolistas". En cambio, el jugador de Estudiantes, como la mayoría de los que disputan la Primera y también la Segunda división, puede vivir del deporte y son privilegiados por disfrutar de la profesión que aman. Por ello, además de sobresaltar el triunfo del barrio y el potrero ante la indolencia y la arrogancia de quien se aburguesó, apunto que la esencia natural del fútbol venció al conformismo profesional.
Es que Pacífico de General Alvear ni siquiera depende de la AFA. El vínculo que la tradicional institución mendocina tiene con el ente rector supremo del fútbol argentino se cablea por intermedio de un Consejo Federal. Más de tres mil clubes a lo largo y ancho de la nación dependen de este Consejo y su peso para las decisiones administrativas , definitivamente es nulo ante el notorio poder de Estudiantes y otros clubes porteños, bonaerenses y santafesinos. Pacífico juega el Torneo Federal B (4º div del Interior) con otros 129 rivales por subir al Federal A, donde sólo ascienden ¡3 equipos!. Pacífico disputó tres fases previas antes de enfrentar a Estudiantes en los 32 avos. Pacífico es un equipo de pueblo que aún se sostiene con la escasa venta de entradas, con torneos de truco, alguna choripaneada y seguramente no tienen más de treinta pelotas para entrenar. El dirigente de Pacífico es un trabajador de a pie que no negocia con empresarios ni maneja millones. El hincha de Pacífico quizás sea también fanático de otro equipo y sufre viendo, en la evidente lejanía de la televisión, a Boca o a River para sentirse parte de una universalidad lógica. Entonces, ¿cómo no exigir un baño de humildad a los muchachos de Primera? ¿cómo no pedir que salgan de sus fantásticas burbujas de discutible superioridad y dejen de mirar por encima del hombro al resto? ¿cuando entenderán que más allá de los nombres, los números y los colores, tienen once tipos con hambre de ser lo que ellos son? Porque sin dudas, los muchachos de Pacífico soñaron con vestir la camiseta de Estudiantes o de Gimnasia, o de Newell's o Racing y desearían, en un concepto erróneo o acertado según la visión de cada quién, haber tenido la plata, la fama y el resto de vulgaridades y vanidades que sí poseen, en este caso, los vencidos.
La amplia magnitud que tomó la Copa Argentina en el continente se evidenció el año pasado cuando River y Boca necesitaban ser campeón de "algo" para entrar en la Libertadores. Sin embargo, la Copa es, definitivamente, el evento futbolero más natural y real de Argentina porque desnuda las verdades más mundanas del país en un nivel cuasi hermano de la pugna entre unitarios y federales en el Siglo XIX. En este marco la Copa Argentina recorre minuciosa y precisamente la diversa geografía desenmascarando las innumerables idiosincrasias, las singularidades, las peculiaridades de cada región. Cada equipo, con su puntual mandato histórico, representa distinguidos rasgos a nivel colectivo e individual y se separa de su contrincante de turno más allá de lo que acontezca en la cancha. (Siendo iguales somos tan diferentes)
Pacífico no fue el único atrevido en esta fiesta copera que cataloga a varios como un ilustres anónimos. Deportivo Riestra, que hace cinco años estaba en el subsuelo de la Primera D borró a Tigre por penales, al igual que Gimnasia de Mendoza que hizo lo propio ante Quilmes por la misma vía. El humilde Sacachispas, un colorido conjunto de Villa Soldati, sacó a Arsenal en el mejor año de su vida (también logró su primer ascenso a la tercera división de la región metropolitana). Además, el emblemático Deportivo Morón eliminó a Patronato de Paraná, Defensores de Belgrano sorprendió a Gimnasia de La Plata y Atlanta goleó sin objeciones 3 a 0 a San Martín de San Juan. Todos ellos juegan en la tercera categoría en el escalafón divisional de Argentina (Gimnasia de Mendoza en el Federal A) y superaron a quienes están, con sus diferentes contextos, en Primera.
El famoso torneo de 30 equipos parece que achicó la brecha entre "élite y resto" y si eso es bueno o es malo cada cual podrá ejercer su derecho de libre expresión. Aunque resulte tonto volver a remarcárselo a los tontos, en el fútbol no se gana con la historia ni con los títulos, ni con las figuritas del álbum, se gana en el pasto metiendo más goles que el otro.
La Copa Argentina y los baños de humildad
Reviewed by laprimeragambeta
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